Cara y cruz del empleo turístico
La pujanza del empleo turístico es quizá el único elemento esperanzador de peso en la España económica. Es una industria estratégica y como tal que su evolución sea positiva resulta clave en un contexto de incertidumbres. La mitad de los puestos creados en el segundo trimestre del año ha estado vinculada a este sector. Los empleados activos en turismo entre abril y julio rozaron los tres millones (2.953.571), un 13,8 % más que en el mismo periodo del año anterior. Es una evolución que remarca la reacción robusta de una actividad que padeció como ninguna otra los estragos de la pandemia. Y, sin embargo, hablamos de empleo estacional y contratos fijos discontinuos, esos que no computan como parados, aunque se esté de facto. El Gobierno juega con el maquillaje contable. Pero un reflejo distorsionado de la realidad devuelve una imagen falsa por más que se presuma de ella.