La Razón (Madrid)

Catedrátic­os del fútbol

► La lección del Real Madrid en la final contra el Eintracht en la final de la Copa de Europa en 1960 es una leyenda del fútbol

- J. Aguado.

El Real Madrid ganó la quinta Copa de Europa, la que cerró el ciclo fundador y después, en vez de celebrar el 7-3 al Eintracht, Bernabéu se reunió con los jugadores en el hotel, mientras esperaban a que saliese el avión sin dejar que se celebrase: «Había zumo de naranja y galletas amarillas y nada más», recordaba el defensa del Real Madrid, Santamaría, en un reportaje que hizo «The Guardian».

El Madrid era un modelo en el campo, pero también un modelo fuera de él y los futbolista­s tenían que ser ejemplares en todo momento, De ahí que Bernabéu prohibiera cualquier tipo de juerga antes de llegar a Madrid para celebrar el quinto título consecutiv­o. No había nadie en Europa como los blancos, por eso era el gran favorito antes de empezar la final en el Hampden Park de Glasgow contra el Eintracht.

Lo que no se esperaba fue el partido que salió después. El Eintracht comenzó marcando y aquello fue como si se despertara a la bestia. Di Stéfano hizo dos enseguida, para dejar claro quién mandaba en el fútbol y en la segunda parte, Puskas, ese futbolista entrado en años y en peso, metió cuatro antes de que el equipo alemán marcase otros dos para maquillar el marcador 7-3. «Ha sido coronado en este larguísimo crepúsculo escocés, acunado por las marciales cornamusas de los Highlander­s, en medio de las más entusiasta apoteosis que se ha ofrecido nunca a un equipo de fútbol», escribía o más bien dictaba por teléfono el cronista del Abc.

«En las últimas fases, el arte del equipo español era tan inmensamen­te superior que sus jugadores parecían estar dando una exhibición. Ni siquiera el Eintracht de Fráncfort puede sentirse demasiado mal por haber sido derrotado por semejantes maestros», eran las frases que se leyeron en «The Guardian».

Los 120.000 espectador­es que estuvieron en el campo tuvieron conciencia de que estaban asistiendo a algo único. También los futbolista­s. En los últimos minutos, Puskas y Di Stéfano intentaban tener el balón el mayor tiempo posible para llevárselo a casa. Puskas fue más hábil y se quedó con la pelota el último minuto para quedársela él. Pero: «La cogí y me dirigí hacia el círculo central cuando el delantero del Fráncfort Erwin Stein se acercó y me lo pidió. Al principio, no quise hacerlo, pero a la tercera vez que me lo pidió, pensé: ‘‘Realmente quiero este balón, pero este tipo ha marcado dos y ha perdido el partido. Es lo menos que puedo hacer’’ así que se lo di», contaba el futbolista húngaro.

No se quedó el balón, pero sí la memoria. Lo escribió el Mundo Deportivo: «Y rugió de nuevo el monumental estadio de Glasgow, de cariño y simpatía (...) Rugidos que en todo momento parecían conmover los viejos cimientos del vetusto campo, donde a buen seguro habrán de transcurri­r muchos años para que se olvide la brillante lección (...) que explicaron los catedrátic­os del Real Madrid».

 ?? EFE ?? El Real Madrid ganó la Quinta contra el Eintracht en Hampden Park
EFE El Real Madrid ganó la Quinta contra el Eintracht en Hampden Park

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain