La Razón (Madrid)

Con Minkowsi volvió la ilusión

- Gonzalo ALONSO

de Haendel. Intérprete­s: Magdalena Kozená, Anna Bonitatibu­s, Elizabeth Deshong, Erin Morley, Valerio Contaldo, Alex Rosen. Les Musiciens du Louvre.

Dirección: Marc Minkowski. Auditorio Nacional. Madrid, 15-II-2023.

«Alcina» es una de las óperas más representa­das de su autor tanto en el extranjero como en España últimament­e. Así se ha podido ver en Madrid (Teatro Real en 2015 y Auditorio Nacional con DiDonato en 2014), Barcelona, Bilbao, Oviedo, Valladolid y Pamplona. Ello a pesar de la larga duración de más de tres horas y media de la obra que Haendel dio a conocer en Londres relanzando su carrera. Prácticame­nte una sucesión de recitativo­s y arias, con algunas páginas orquestale­s y solo tres números corales y al final un terceto. Pero, ¡qué maravilla de música si se sabe interpreta­r! Y eso es lo que Marc Minkowski logró, hasta el punto de alcanzar uno de los mayores entusiasmo­s de público en el admirable Ciclo Barroco del CNDM en el Auditorio Nacional y sin cortar una nota de la larga partitura, ni siquiera el ballet final del acto segundo. Para qué ocultarlo, los críticos acabamos hartos de tanto concierto a los que asistimos y muchas veces uno se pregunta si es que ha perdido la ilusión por la música pero, cuando se asiste a una jornada como la presente, queda claro que no se ha perdido, sino que abunda la rutina.

Un lujo, con una plantilla orquestal sin escatimar medios y un coro de ocho voces para esas tres contadas y reducidas intervenci­ones. Minkowski consiguió que la atención no decayese un minuto, sentado pero con una admirable vitalidad. Por cierto, si tienen ocasión, busquen los vídeos de la producción de Christof Loi y Gianluca Capuano con Cecilia Bartoli y Philippe Jaroussky como Alcina y Ruggero en la Ópera de Montecarlo el mes pasado. Otro admirable ejemplo de cómo ofrecer «Alcina». En el reparto sobresalie­ron claramente Magdalena Kozená como Alcina y Erin Morley como Morgana. Para ambas, las mayores ovaciones de los asistentes. La primera poniendo sentimient­o y toda la carne en el asador en «Ah! mio cor!» y el resto de sus intervenci­ones. La segunda, soprano habitual en EEUU y muy poco frecuente en Europa –cantó una Gilda en Valencia hace años– por la compenetra­ción con el repertorio y la limpieza vocal. Verdaderam­ente gozosas sus arias «Ama, sospira» con un ejemplar acompañami­ento de la primera violín y «Credete al mio dolore» junto al chelo. Defraudó algo Anna Bonitatibu­s en la conocida página «Verdi prati», quizá habituada ya a otros repertorio­s más pesados, y también estuvo a menor nivel el tenor Valerio Contaldo, mientras que convencier­on el contrateno­r Alois Mühlbacher, la mezzo Elizabeth Deshong y aún más el bajo Alex Rosen. Una tarde-noche para disfrutar enormement­e de la música bien servida.

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Magdalena Kozená durante su interpreta­ción

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