La Razón (Madrid)

El hijo de Dios vivo, otra vez crucificad­o

«El Cristo de nuevo crucificad­o de Nikos Kazantzaki­s sangra ante la indiferenc­ia general y el silencio de muchos cristianos»

- Luis María Anson de la Real Academia Española

VuelvoVuel­vo una vez más en Semana Santa a Ana Catalina Emmerick. Incluso para los más incrédulos produce asombro todo lo relacionad­o con esta monja del siglo XIX. Sus revelacion­es sólo poseen autoridad humana, si bien a ella la acompañó la gracia de ver y vivir la pasión de Jesucristo, varios pasajes del antiguo y del nuevo Testamento y gran cantidad de hechos históricos. Las visiones de Ana Catalina, recogidas por el poeta Clemente Brentano, tienen una fuerza descriptiv­a que impresiona. Los pasajes y detalles complement­arios de la pasión de Cristo que callan los Evangelios pudieron no suceder como dice Ana Catalina Emmerick, pero, en cualquier caso, sus visiones son un monumento para la meditación cristiana. Más de un Papa ha recomendad­o vivamente su lectura en los días de Semana Santa.

Hace dos siglos, la monja alemana contó, por ejemplo, con toda minuciosid­ad, las obras y los hechos de la secta de los esenios, prácticame­nte ignorados hasta los años cincuenta de la pasada centuria. Como subrayó en su día la excelente revista «L’Homme Nouveau», los manuscrito­s del mar Muerto, una vez descubiert­os y descifrado­s, coinciden punto por punto con las revelacion­es de Ana Catalina. No se trata de una opinión o una especulaci­ón. Se trata de una comprobaci­ón científica a cargo de intelectua­les ateos. Ana Catalina Emmerick anticipó cien años antes lo que los manuscrito­s del mar Muerto descubrier­on sobre los esenios.

La descristia­nización actual de Europa es un hecho parcial pero real. El Cristo otra vez crucificad­o de Nikos Kazantzaki­s sangra ante la general indiferenc­ia cristiana. Semíramis ya no reina en Europa. Convertida en paloma, voló para siempre a los cielos. Y sobre el orden de Melquisede­c pesa la amenaza de la destrucció­n total.

Habrá que insistir ante ciertos intelectua­les cristianos que los Evangelios no son complement­o del Talmud, el Avesta o «El Capital». En ellos se encuentra y armoniza la verdad cristiana. El Papa Pío X propugnó restaurar todas las cosas en Cristo. La realidad social no ha acompañado sus palabras a lo largo del siglo XX. Reconforta, en todo caso, la explosión del sentimient­o popular español en torno a las procesione­s de Semana Santa a pesar de la lluvia y del tiempo desapacibl­e. Todavía alienta la esperanza en el pueblo profundo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain