Ana Roquero diseña las vajillas de los chefs
► Las piezas de cerámica las podemos adquirir en la tienda Isolée ► Sin esmaltar, son naturales, nada sofisticadas y aportan soluciones
Como diseñadora industrial, ha desarrollado su carrera profesional durante más de 20 años como consultora creativa para marcas como Fagor, Roca, Irizar, Indra y Abengoa, entre otras. Sí, Ana Roquero llegó a diseñar aparatos médicos, electrodomésticos, para los peajes de las autopistas…: «Por aquel entonces, las empresas empezaban a tener producto propio. Era el inicio del diseño industrial, pero llegó la crisis de 2008 y la persona de marketing que trabajaba conmigo en ese momento y yo nos pusimos a analizar la situación y observamos que, gracias a Ferran Adrià, la creatividad gastronómica empezaba a destacar y que el sector iba a necesitar soportes a la altura», nos explica Ana Roquero, cuya marca ha facturado dos millones de euros y está en pleno crecimiento. Entre un 80 y un 90 por ciento de los grandes cocineros de nuestro país cuentan con alguna de sus vajillas y todas poseen ese sello que ya se percibía en sus creaciones de diseño industrial. Para crear su marca de menaje, de nombre «Cookplay» (cookplay.eu), que cumple diez años, empezó desde cero. Para ello, se cuestionó qué debía mejorar en el sector, ya que su objetivo era redefinir la mesa moderna a partir de propuestas creativas, disruptivas y refrescantes cercanas a la sensibilidad de la nueva «food culture». Así, al estudiar la forma en que comemos durante un catering, vio que todos queremos tener algo en la mano mientras charlamos y nos movemos. De ahí que en su primera colección, llamada «Jomon», no falte un objeto que se asiente en la mano para ponernos fácil comer de pie: «Al diseñar las líneas, pienso en soportes que atiendan una necesidad», añade Roquero minutos antes de confirmar confirmar que la siguiente colección la denominó «Yayoi» y en ella destacan platillos perfectos en los que servir pequeñas raciones e ideales para colocar en el centro de la mesa, ya que están destinados para que los comensales compartan raciones: «Siempre me ha gustado el diseño japonés y si Jomon es la primera dinastía, que dio nombre a un tipo de porcelana, Yayoi es otra que, culturalmente, también tenía su forma de expresarse». Entre sus más de 1.500 clientes, repartidos en más de 60 países, los primeros en confiar en ella fueron Berasategui y Fernando Canales. Después, llegaron Eneko Atxa, Quique Dacosta y Jordi Roca, por poner un ejemplo, además de Gordon Ramsay, Anne Sophie Pic, Alain Ducasse y Gastón Acurio. Durante esta década, ha preferido no aceptar encargo alguno y, solo a día de hoy, se lo empieza a plantear. Tanto es así, que ha ideado un soporte para colocar las maravillosas lonchas de jamón Cinco Jotas y una vajilla, encargo de la Fundación Oceanográfica, de Valencia, con dibujos de animales en peligro de extinción en el Mediterráneo.
Sostenibilidad
Su prioridad era «crear una marca y para ello necesitaba una línea de desarrollo y de diseño muy clara. Me propuse adaptarme a las necesidades de una nueva generación de cocineros. Por eso, cada colección ha atendido a unas funciones, que yo creía necesarias». En definitiva, en estos diez años ha creado colecciones de porcelana, una de cubiertos de acero inoxidable y pronto llegará la cristalería. En 2019, revolucionó el sector del menaje monouso con el lanzamiento de CookplayEKO, una gama de platos, tazas, boles con tapas y cubiertos, cien por cien biodegradables y compostables, hechos a partir de un innovador material: la fibra de caña de azúcar: «En Japón encontré este material, que usaba una empresa muy innovadora. Así fue cómo empecé a hacer colecciones con este material para “take away” y “delivery”. De hecho, durante la pandemia dejamos de vender porcelana, pero destacamos con estos objetos. Siempre me he preocupado por la sostenibilidad».
anulado en apelación en 2021. Cass concluyó que el modelo de proveedor único especializado «no era una opción segura o viable a largo plazo» y que se necesitaba un «modelo de servicio diferente». Los jóvenes esperaban más de dos años para una primera cita. La experta también criticó la falta de recopilación de datos sobre los menores a quienes se les recetaron hormonas.
En este sentido, sus recomendaciones también llevaron el mes pasado al NHS a dejar de recetar tratamientos bloqueadores de pubertad en sus clínicas de identidad de género tras comprobarse que no existe evidencia suficiente para continuar con la dispensación de los medicamentos más allá de para ensayos de investigación clínica. El Reino Unido sigue así el enfoque prudente impuesto en otros países europeos como Suecia o Finlandia. De hecho, el NHS ha asegurado que su tratamiento prolongado puede causar infertilidad temporal «o incluso permanente». Además, algunos pacientes habían cambiado de opinión sobre su transición en mitad del tratamiento.
Para diciembre de 2024 está previsto que vea la luz una nueva investigación sobre el uso de bloqueadores de pubertad, que determinará las próximas líneas a seguir. «Es preocupante que se haya establecido una nueva política antes de que se haya iniciado la investigación. Todos los jóvenes trans merecen acceso a atención médica oportuna y de alta calidad», afirman desde el grupo de derechos LGBT+ Stonewall.
Por otra parte, el Gobierno británico publicó a finales del año pasado la esperada guía –no vinculante legalmente– para los centros educativos en Inglaterra sobre el trato al alumnado trans, en la que aconseja un «enfoque prudente» de la cuestión. En ella, el Ministerio de Educación, en colaboración con el Departamento de Igualdad, determina que las escuelas deben tener en cuenta a los progenitores a la hora de tomar decisiones relacionadas con la juventud que desea transicionar, salvo en las ocasiones en las que esto pueda suponer algún riesgo para los niños.
Se dejará de recetar con tanta facilidad los tratamientos bloqueadores de la pubertad