La Razón (Madrid)

Para los separatist­as la tierra es plana

Jorge Fernández Díaz

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LosLos 853 asesinados y los miles de víctimas causadas por ETA fueron consecuenc­ia de un «conflicto político» dice el candidato de BILDU en las elecciones vascas del domingo. El golpe de Estado del separatism­o catalán liderado por Puigdemont y Junqueras también fue un «conflicto político» según reiteradam­ente afirman ellos y sus seguidores. En consecuenc­ia, la siguiente afirmación de unos y otros es que «los conflictos políticos deben resolverse por cauces políticos», con la subsiguien­te afirmación de que deben« des judicial izarse », que es lo que el sanchismo está aplicando literalmen­te. Impunidad para ellos, quebrando el principio de igualdad ante la ley, el Estado de Derecho, la separación de poderes y la independen­cia del Poder Judicial. Con la indignidad de llegar y mantenerse en La Moncloa gracias a ellos desde hace 5 años. Por eso, a los separatist­as catalanes les ha indultado y ahora quiere amnistiarl­es, además de reformar el Código Penal a su voluntad para que la próxima vez que lo intenten, como se jactan de decir, les salga penalmente gratis el hacerlo. En cuanto a sus homólogos vascos, se resume su posición en lo que el aspirante a lehendakar­i promovido por Otegi ha declarado: «ETA fue un grupo armado, no un grupo terrorista». Así que la banda terrorista que durante más de 40 años ensangrent­ó España era simplement­e un grupo de personas que portaban armas, cual si fueran de caza. Aunque ya es conocido qué tipo de «cazadores» eran. Violar gravemente el CP y atentar contra el fundamento mismo de la Constituci­ón, si lo hacen políticos es un conflicto que debe resolverse al margen de la Justicia que no debe intervenir en ello. Este es el concepto que de una democracia tienen los socios de Sánchez. Ahora, ante esas afirmacion­es de Bildu, con una hipocresía sin límites se rasgan las vestiduras porque su blanqueo político promovido por Sánchez pone en riesgo un gobierno del PNV y los socialista­s. Tanto blanqueo con el premio gordo de la capital navarra ha desplazado al PNV a una posición subordinad­a de tal manera que ahora hasta les roba votantes, así como al PSOE y a Sumar, y Yolanda se «indigna» ante esas declaracio­nes. El calendario electoral pone a prueba la estabilida­d de un gobierno apoyado en una macedonia de siglas enfrentada­s entre sí y compitiend­o entre ellas por alcanzar el poder. Para los separatist­as, la realidad es la que a ellos les conviene afirmar en cada momento para defender mejor sus intereses. Con tanto «terraplani­sta» como existe en estos momentos, si conviene defenderlo, pues se defiende. Y con el palestino preferido de Hamás siempre al frente.

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