Las universidades, en apuros: «Estamos en riesgo»
► Los rectores madrileños reclaman más financiación porque «la dificultad es mantenernos»
Las universidades madrileñas quieren una financiación mayor. Es más, «estamos en riesgo, estamos en un momento en que la dificultad es mantenernos», aseguraron ayer los seis rectores de las universidades madrileñas que hacía 20 años que no se sentaban juntos para poner en valor su aportación a la sociedad mientras lamentaban que «no interesamos a nadie en el ámbito político».
En el transcurso de un acto organizado en el Círculo de Bellas Artes, los «Desayunos Alcalá», Ángel Arias, rector de la Carlos III, se quejó de que la financiación que reciben las universidades «no cubre los gastos de personal, es insuficiente y tenemos obsolescencia en todos los edificios, estamos anticuados en las instalaciones».
La rectora de la Autónoma, Amaya Mendikoetxea, dio el detalle de la situación económica a la que se enfrenta su universidad: «El 80% va a parar a pagar personal, el 15% lo empleamos en abrir todos los días los edificios y afrontar el gasto de suministros y queda solo un 5% para todo lo demás. Si hay un crecimiento del capítulo de personal, no puedo reponer todas las jubilaciones, no hay ninguna capacidad de crecimiento o expansión o posibilidad de pensar en nuevos proyectos».
Atracción de talento
En un momento en el que la Comunidad de Madrid está elaborando la Ley de Universidades madrileña, que prevé recibir la aprobación de la Asamblea cuando termine el año, Arias defendió la disposición de los rectores para negociar y exigió la necesidad de tener un plan estratégico y una financiación por objetivos. «Reivindicamos esa financiación de las universidades por el interés social». A todo ello unió la necesidad de atraer el talento para poder abordar los retos sociales del futuro que van más allá de los cambios que vienen de la mano de la inteligencia artificial y que en breve afectará a la biología sintética, cosa que solo se consigue con financiación, según apuntaron.
El rector de la Universidad de Alcalá, José Vicente Saz, tendió la mano a la Comunidad de Madrid para negociar de forma conjunta con el Ejecutivo de Díaz Ayuso. «Ya fuimos capaces de consensuar hace unos años una norma que no vio la luz con un Gobierno autonómico del mismo signo político, queremos sentarnos a negociar una ley que nos regule y que responda a los intereses de nuestra Comunidad autónoma, que permita fijar los objetivos y el modelo de financiación. Si ya lo logramos hacerlo en el pasado, creo que podemos hacerlo de nuevo, estamos dispuestos a dialogar para lograr la mejor ley».
Hace unos meses que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presentó las líneas generales de lo que será la futura norma, que incluiría un nuevo modelo de financiación de los centros públicos que sea plurianual y revisable para transferirle la inversión adecuada a los campus en función de sus peculiaridades pero, de momento, no ha habido una negociación con los rectores que permita concretar este aspecto habida cuenta de que la aplicación de la Ley de Universidades del Gobierno central tendrá un sobrecoste estimado para las universidades madrileñas de 100 millones de euros.
Pero si hubo un lamento constante en las disertaciones de los rectores fue el hecho de que la sociedad no perciba la influencia que ejercen las universidades en el mundo en que vivimos. Por eso Saz quiso poner en valor lo que aportan sus campus. Cifró en 113 millones el impacto económico directo que generó la Universidad de Alcalá en el Corredor del Henares solo en el año 2019 y el gasto en 35 millones en proveedores, mientras que su valor social está estimado en 144 millones, «una cifra muy superior a lo que recibe de la Administración pública». Más aún, estimó que el 19% del crecimiento de Madrid fue desarrollado por las universidades.
Pieza clave
Javier Ramos, el rector de la Universidad Rey Juan Carlos, dejó claro que la actividad que desarrollan estos centros de conocimiento son «piezas clave para el avance social (...) Hoy es España lo que hace 20 años fuimos las universidades». Defendió incluso la necesidad de que las universidades rindan cuentas de la gestión que hacen. «No tenemos problemas en hacerlo», sentenció. Pero a la vez abogó por que Ayuntamientos, empresas e instituciones vayan de la mano de la universidad porque «Les ha ido muy bien a aquellas sociedades que lo han hecho».
El rector de la Politécnica, Guillermo Cisneros, defendió la actualización «inmediata y constante» que se hace de los estudios universitarios y puso en valor otro aspecto que para muchos resulta desconocido de los campus, como es el hecho de que muchas empresas se han creado en entornos universitarios, universitarios, como es el caso de Cabify o BQ. Pero lo más importante es que «formamos a nuestros estudiantes para resolver problemas que no se han planteado en empresas que no existen y con tecnologías que no se han inventado. Esa es la esencia de la universidad».
Especialmente crítico fue el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, quien lamentó que no se perciba la importancia de la investigación «en todas las áreas» que se hace desde los campus cuando el 70% de la investigación en España se hace en las universidades públicas. «Somos el motor de la investigación en nuestro país», recalcó. Lo dijo a la par que ponía el énfasis en las dificultades para gestionarla. «Tenemos que gestionar la ciencia como Ayuntamientos. Rogaría a las autoridades que nos traten como otra cosa que no sea una Administración pública y los decanos y rectores no somos delincuentes, no tienen que hacernos una intervención previa».
«Formamos a nuestros estudiantes para resolver problemas que no se han planteado aún»
«Rogaría a las autoridades que nos traten como otra cosa que no sea una Administración»