El hombre que acabó con la amistad de Dos Passos y Hemingway
► En «Enterrar a los muertos», Ignacio Martínez de Pisón cuenta una historia de amistad, guerra y enfrentamiento a través de la figura de José Robles
Hay escritores que saben desenvolverse bien con algunos temas. Tienen pulso para ellos y siempre están acertados. Ignacio Martínez de Pisón posee ese talento para la Guerra Civil y sus inmediaciones. El autor, que en 2023 publicó una de las mejores novelas de ese año, «Castillos de fuego», dio en la diana con una obra de ajustada extensión y ritmo preciso. Uno de esos títulos que puso su nombre en todos los escaparates del país. De alguna manera todas las guerras son fratricidas, pero las civiles ya tienen eso ganado de antemano.
En esta obra, relata una fascinante historia: la de un novelista norteamericano que durante un trayecto en tren entre Madrid y Toledo conoce en un vagón de tercera clase a un muchacho español con ganas de partir la hebra con él. Es un chaval simpático, de diecinueve años, uno menos que el yanqui, con el que pudo departir de aficiones compartidas como la pintura y la poesía.
Juntos con El Greco
Aquello pudo quedar en una breve charla de trayecto. Algo para matar el rato, pero hicieron migas y los dos decidieron visitar juntos uno de los cuadros más impresionante de la ciudad: «El entierro del Conde Orgaz», de El Greco. Fue uno de esos encuentros que solo proporciona el destino o el azar. Ambos parecieron reconocerse en sus intereses mutuos y se convirtieron en amigos inseparables. Hasta el punto de que José Robles, que sentía simpatías con el comunismo, se convirtió en el traductor de «Manhattan Transfer», de John Dos Passos. Como suele suceder, la guerra lo revolvió todo. A pesar de su amigo americano, Robles vino a España para ayudar a la causa republicana. El asunto es que desapareció. Dos Passos no dudó en venir y en visitar a colegas y amistades comunes. Para enterarse de qué había ocurrido y saber qué le sucedió a su amigo español. Pero nada. Incluso le preguntó a ese tótem llamado Ernest Hemingway, aunque este dijo que no sabía nada. La realidad es que sí estaba enterado más o menos de lo que le había ocurrido. Y ese silencio funcionaría como TNT. Algo con lo que barreó la amistad He mingw ay/ Dos Passos.