La Razón (Madrid)

«Maialen no se relaja ni durmiendo»

► Xabi Etxaniz cuenta el camino de Maialen Chourraut a sus quintos Juegos (oro, plata y un bronce en los anteriores): ha superado vértigos, una operación de hombro...

- Francisco Martínez.

Maialen Chourraut compitió en piragüismo eslalon en los Juegos de Pekín 2008, cuando tenía 25 años. Después, fue a Londres 2012 y ganó un bronce. Y también a Río 2016 y subió hasta el oro, la gloria. En Tokio 2020 conquistó la medalla que le faltaba, la plata. Ahora, se ha clasificad­o para los que serán sus quintos Juegos, los del próximo verano en París. El momento de alegría del podio es lo que se ve, pero el recorrido hasta ahí está lleno de curvas. Eso es el deporte. Después de 2012, Maialen quiso ser madre y se convirtió en una referente en ese sentido. Ane, su hija, incluso le quitó algo de protagonis­mo en Brasil, al saltarse el protocolo y correr en busca de su mamá cuando ganó el oro. Ane no pudo estar en Tokio, porque con la pandemia era un lío, y sus padres incluso tuvieron que «ensayar» meses antes cómo iba a ser estar sin ella, cómo lo iba a aceptar la pequeña, cómo lo iba a pasar la madre, porque iban juntos a todos lados. Ane crece y ya con once años estará en París en las gradas con una de sus tías, su abuela y una prima, pero como espectador­a. Desde hace tiempo es consciente de la dimensión de su madre como deportista.

Entre Río y Tokio, los problemas se multiplica­ron para la supercampe­ona vasca: primero, la carga de ese oro olímpico, más lo que conlleva ser madre y querer llegar a todo; y luego, los problemas físicos, especialme­nte unos vértigos que sufrió. También dificultad­es técnicas porque hubo un cambio en la normativa y la piragua que utilizaba ya no servía y tuvo que cambiarla. Contra ello luchó y sacó un gran resultado. ¿Ha sido más fácil el camino a París? «Bueno...», responde Xabi Etxaniz, su entrenador y también su marido. Y describe los obstáculos: «Maialen tenía los dos hombros operados, desde 2004-2005, y el último año antes de Tokio, el derecho le iba molestando y en algún movimiento con la mano arriba tenía que soltar la pala porque le daba la sensación de que se le salía. Después de los Juegos fue haciendo descanso y rehabilita­ción. Esto era octubre-noviembre [de 2021], mientras tomaba la decisión de si seguir o no seguir». En noviembre ya lo tenía claro, sí iría a por el próximo ciclo olímpico, pero antes de Navidad el hombro continuaba igual. Se hizo pruebas y se veía algo. Decidió operarse en febrero y cuando la abrieron... «Tenía de la anterior operación unos pequeños puntos que molestaban en una de las zonas, luego tenía el labrum un centímetro casi medio abierto, por eso tenía esa sensación de que se le salía», explica Xabi. Pensaban que ese 2022 ya iba a ser de recuperaci­ón, pero disputó justa el Mundial y allí sacó el gen competitiv­o para terminar quinta, una de sus mejores actuacione­s. Vivió entonces una tregua, hasta que en julio de 2023 regresaron los vértigos, a mes y medio del Mundial de esa temporada. «Estuvimos todo julio con un especialis­ta. Fue un proceso duro porque al final te hacen una maniobra, esa semana tenía que dormir medio sentada, mirando a izquierda, con la cabeza sin que se bajara, eso hacía que se le agarrotara un poco la cadera, la espalda, el cuello muy rígido, tampoco podía entrenar en agua... Pero cuando ya más o menos estaba le volvía a dar otra vez, del otro lado, otra vez dormir sentada... Fue difícil», recuerda su entrenador. Pese a todo, llegó «bastante bien» al Mundial. «Y fue una pena. Estaba para final, tuvo un pequeño error, metió la pala en una roca, tocó la puerta y se quedó fuera, aunque logró la plaza olímpica», dice Xabi Etxaniz.

Esa plaza conseguida es para el país, no nominativa, después hay que ganarse el sitio en un duro selectivo nacional que Maialen ha superado este 2024, pese a ciertas dificultad­es, esta vez con la pala: «Dos semanas antes de disputarlo, tenía una pala que le iba muy bien, estaba súper a gusto, pero por el calor se movió un poco el ángulo y no tenía muy claro hacia qué lado, y ya estaban las pruebas de selección olímpicas encima y no había mucho tiempo de probarlo. Ese ángulo solo lo sentía en agua viva, entonces cada sesión que hacía era para montar la pala, qué sí y qué no, muy estresada. No compitió a gusto, durmiendo muy poco, con nervios», desvela su técnico. «Al final logró la clasificac­ión y a la semana del selectivo le volvió a dar vértigo, en abril. Hemos aprovechad­o para montar la otra piragua que tenía, para tener dos, porque a veces una va un poco mejor que otra, o por si una se rompe; y hemos aprovechad­o para buscar el maldito ángulo de la pala, desmontar, montar desde cero, a ver si lo conseguíam­os», describe Xabi, y muestra que cada detalle cuenta. La semana pasada, ya recuperada de todo, Maialen compitió en el Europeo. Fue solo para probarse en un canal complicado, muy distinto al de los Juegos, sin pensar demasiado en el resultado. Acabó undécima.

El camino a París continúa y desde aquí hasta julio irán mucho a la capital de Francia, para conocer cada rincón del canal, cada trampa, cada truco. A los quintos Juegos va con 41 años y ya podría estar más tranquila, sin nada que demostrar... «Pero Maialen no se relaja ni durmiendo. Ella va a buscar lo mejor de sí. En Tokio no era favorita ni mucho menos, porque no había estado compitiend­o tanto, por las lesiones, pero sabíamos que si hacía su manga, en unos Juegos el ambiente y la situación mental son muy importante­s, y podía salir. Y fue plata», desvela Xabi. Esta vez, además, las opciones se multiplica­n porque se ha añadido una nueva modalidad, otra opción de medalla, el kayak cross, donde la bajada se hace junto con las rivales, no en solitario. «Es confrontac­ión pura y dura, contra el agua, los adversario­s... Ella tiene ese espíritu luchador y eso también le divierte», explica el entrenador, que, por cierto, vivirá unos Juegos muy especiales porque además de Maialen, su mujer, estará Pau, su hijo de otra pareja, que logró la plaza en una pelea durísima con David Llorente.

Con los vértigos tenía que dormir medio sentada, se le agarrotaba la cadera, el cuello rígido...»

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RFEP Maialen Chourraut disputará en París con 41 años sus quintos Juegos Olímpicos en piragüismo eslalon

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