El PSOE busca retratar al PP con su derrota en la Ley de Extranjería
► Feijóo reclama «solidaridad», pero también el «derecho de los españoles a salir tranquilos a la calle»
Si la aritmética no lo impide, el Gobierno de coalición se encamina hacia una nueva derrota parlamentaria. Esta vez, en un asunto fundamental y de Estado, en lo que respecta a la reforma de la Ley de Extranjería. La medida se ha negociado sin éxito con el PP para hacer obligatorio el reparto territorializado de menores migrantes que llegan a España. Por ello, al cierre de esta edición, PSOE y Sumar no cuentan con los votos suficientes para superar la toma en consideración de la iniciativa, porque tampoco cuentan con el respaldo de Junts –que se ha opuesto sistemáticamente a la acogida–. Fuentes socialistas confían en un giro de última hora que haga que los populares acaben absteniéndose para negociar mejores condiciones en el trámite de enmiendas, sin embargo, la sensación generalizada es que la reforma decaerá. Así lo explicitó el portavoz del PSOE, Patxi López, que ve «poco margen» con el Partido Popular y ya asumen su voto en contra.
Ante el horizonte de una nueva derrota, el Gobierno no piensa dar marcha atrás, como ya hizo con la reforma de la Ley del Suelo, que acabó retirando in extremis para evitar visibilizar su debilidad. En esta ocasión, con la escenificación de la derrota los socialistas creen que pueden ganar y buscan conseguir un rédito político. «No la vamos a retirar –por la reforma–. Aquí todo el mundo se retrata», señalan fuentes socialistas, que apuntan que con esta cuestión ya queda «poco que negociar y mucho que demostrar».
En concreto, en el Gobierno han ubicado esta cuestión como «la prueba del algodón» del PP para demostrar que su ruptura con Vox, en los gobiernos autonómicos, no fue «puro teatro». «El PP no necesita a Vox para ser Vox, no necesita a Vox para hacer políticas de ultraderecha. Mañana lo va a demostrar una vez más votando en contra de la reforma de la ley de extranjería», criticó el portavoz del PSOE, Patxi López, para certificar que los de Feijóo no son «ni partido de Estado ni nada de nada». Los socialistas siguen descalificando las exigencias que desde Génova se han trasladado para tratar de justificar políticamente el apoyo a la reforma del Ejecutivo. Entre ellas, no habrá Conferencia de Presidentes, porque creen que esta petición solo tiene un afán dilatorio. « Pedir una conferencia es marear la perdiz, dilatar una resolución que se tiene que adoptar ya», dijo López, que puntualizó que una derrota en la votación «no será un fracaso del Gobierno, sino para los 6.000 migrantes que están en Canarias».
Mientras, los populares siguen denunciando la afrenta que desde el Gobierno se reitera en cada conferencia sectorial con los territorios donde gobiernan, ya que en la última reunión se les informó del texto que iba a ser sometido a votación con dos horas de antelación.
El PP considera que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «no le interesa en absoluto» pactar con su partido la reforma de la Ley de Extranjería porque ese acuerdo «ya lo tiene cerrado con sus socios de gobierno».
El portavoz del PP, Borja Sémper aseguró ayer en una entrevista a TVE que «el desprecio» con el que el jefe del Ejecutivo trata a su partido se debe a que «ya tiene» el acuerdo «garantizado», en lo referente a migración, «con sus socios de investidura». Además, apuntó que Sánchez «no ha querido negociar ni una de las propuestas» que el PP puso sobre la mesa para resolver la situación migratoria y criticó: «Estamos siempre al último minuto con este Gobierno, reclamando a los demás que les resolvamos los problemas que ellos son incapaces». Los populares apuestan por un plan a largo plazo, que pasa por exigir a la Unión Europea que «se implique» y hacer una labor diplomática «extraordinaria» con los países de origen, en especial Marruecos, para controlar a «las mafias» que envían a los migrantes.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la reunión de la Junta Directiva Nacional de su partido, se preguntó por qué España es uno de los destinos preferidos por las mafias internacionales y más fáciles de traficar y desde el Gobierno no se dedican a tomar en serio los problemas serios y se dejan ya de consignas demagógicas. Reivindicó la «solidaridad, sí, pero seguridad, también». Solidaridad para los que llegan, porque se juegan la vida, «pero también seguridad para los que estamos, porque los españoles tienen derecho a salir tranquilos a la calle», y reclamó que asuman nuestros valores de respeto y convivencia.
«Si quieren pactar con el PP, tendrán que recorrer el mismo camino que con sus socios, con la diferencia que las exigencias que ponemos son de mero y simple sentido de Estado», apuntan.
«Aquí queda poco que negociar y mucho que demostrar», dicen los socialistas
Los populares están convencidos de que al PSOE «no le interesa pactar» con ellos la norma