Sánchez entierra la coalición e Iglesias «inventa» la cooperación
Rivera y Casado rechazan la abstención y urgen al presidente a poner fecha a la investidura
Sánchez inició ayer su ronda de consultas para la investidura. El primero fue Iglesias, que entró dispuesto a salir con un Gobierno de coalición y acabó hablando de un «Gobierno de cooperación». La nueva fórmula de alianza fue interpretada de forma diferente por los implicados. Iglesias insistía en que tendrán ministros, mientras la socialista Adriana Lastra decía que lo importante era el contenido. Por la tarde llegaron Rivera y Casado. Nada nuevo. Ambos negaron su abstención y urgieron al presidente a poner fecha a la investidura.
Había necesidad de acuerdo. Con un panorama territorial en el que los partidos de la derecha están forjando alianzas para mantener o arrebatar el poder al PSOE, los líderes de la izquierda a nivel nacional no se podían permitir saldar su reunión sin avances o, al menos, la ficción de un entendimiento que evite retrotraer a España a 2016, el año del bloqueo. Ante la disparidad de puntos de partida, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias alcanzaron un nexo de unión y acuñaron un nuevo concepto: el «gobierno de cooperación». Una ilusión, una fórmula abierta, que les permite a ambos superar el primer «round» negociador defendiendo que no han cedido en sus aspiraciones ante su interlocutor. Todos dicen ganar. En el PSOE están convencidos de que los morados han renunciado a la coalición; en Podemos, que Sánchez lo ha hecho al ejecutivo «monocolor». Pero nada más lejos de la realidad, al margen de la retórica, lo cierto es que en Moncloa siguen sin aceptar la entrada de ministros en un futuro Gabinete y apelan, para ello, a la aritmética –«no es cuestión de voluntad política, los números no dan, no sumamos con Podemos»– y a la falta de «confianza» que todavía les transmiten los morados.
Los socialistas pusieron en valor la capacidad de la izquierda para entenderse, que se demostró en los compases finales de la pasada legislatura con un programa de progreso que permitió aprobar la subida del Salario Mínimo o la revalorización de las pensiones. Estos hitos, plasmados en unos Presupuestos que no vieron la luz, suponen «los mimbres» para seguir trabajando en el futuro. Pero los socialistas no quieren variar la fórmula y que esa «cooperación» siga siendo externa. Para ello, apelan a buscar fórmulas «más abiertas», «innovadoras» y «creativas» que arrojen un gobierno «plural, integrador, incluyente, en el que estén representadas las diferentes sensibilidades y referentes de distintos ámbitos». Esto es, un Ejecutivo en el que se dé entrada a personalidades de reconocido prestigio con el aval de Podemos, pero sin carné de esta formación. «No se ha hablado de nombres», dijo la portavoz del PSOE para esquivar la pregunta sobre si se incluiría a los morados. Fuentes socialistas trasladan que Podemos ha rebajado sus pretensiones y que ha renunciado a su aspiración de forjar un ejecutivo de coalición y puntualizan que el gobierno de cooperación «es otra cosa distinta».
En la otra orilla, sin embargo, la lectura que se hace de esa misma reunión es muy diferente. Fuentes de la dirección de Podemos restan importancia a la evolución semántica del término, a la sustitución de la «coalición» por la «cooperación». Iglesias, tal y como sostienen desde su entorno, no se ha movido ni un milímetro desde hace semanas. La exigencia del partido morado sigue siendo el acuerdo en torno a un programa de izquierdas y a la conformación de un Ejecutivo conjunto con el PSOE en el que Podemos esté representado de acuerdo a su proporción en el Congreso, esto es, con uno de cada cuatro asientos en el Consejo de Ministros. Podemos tampoco ha rebajado su pretensión de tener las manos libres a la hora de designar, sin vetos por parte de Ferraz, a los miembros de ese «cogobierno». Ahora, al hoja de ruta esbozada ayer por Iglesias contempla nuevas reuniones «discretas» con Sánchez y su equipo en el que perfilar los acuerdos programáticos y los equipos mixtos encargados de ponerlos en funcionamiento. Un futuro acuerdo en el que, al menos a día de hoy, los dos puntos de partida y sus explicaciones están más cerca que ayer pero siguen siendo incompatibles.
No concibo que Pedro Sánchez me esté mintiendo y que el PSOE ponga vetos. Nosotros no lo haremos con ellos» Pablo Iglesias
El Gobierno será abierto, plural, integrador, incluyente, representante de diferentes sensibilidades y con personalidades referentes de sus distintos ámbitos» Adriana Lastra