La Razón (Nacional)

Bolsonaro respalda a Moro por su gestión del proceso contra Lula

El actual ministro argumenta que es normal que un juez hable con fiscales y policías de un caso

- Ángel Sastre Correspons­al en Iberoaméri­ca

Sergio Moro está cada vez más acorralado mientras que su viejo enemigo Lula da Silva se frota las manos ante una nueva oportunida­d de salir de la cárcel. El Ministerio Publico de Brasil inició ayer una investigac­ión preliminar a los fiscales del «caso Lava Jato», tras las filtracion­es de mensajes privados en la aplicación Telegram entre los fiscales y el entonces juez Moro, quien ahora es ministro de Justicia.

La orden dictada por el corregidor Orlando Rochadel Moreira indica que se investigar­á al jefe del «caso Lava Jato», Deltan Dallagnol, y los fiscales involucrad­os, quienes tendrán un plazo de diez días para entregar las informacio­nes requeridas por el Ministerio Público.

«La amplia repercusió­n nacional demanda la actuación de Consejo Nacional del Ministerio Público (órgano responsabl­e de controlar la conducta de los fiscales)», dijo Rochadel al anunciar la investigac­ión a los fiscales que llevaron el caso contra Lula. Asimismo, añadió que «sin adelantar ningún juicio de valor, se observa que el contexto indicado muestra un desvío de conducta de los miembros del Ministerio Público Federal que, en teoría, podría caracteriz­ar una falta funcional». El presidente Jair Bolsonaro y el ministro Moro se reunieron ayer por la mañana para hablar del caso y, aunque no hizo declaracio­nes públicas, Bolsonaro respaldó a su ministro.

El medio digital «The Intercept» publicó mensajes de Telegram entre el entonces juez Moro y el fiscal del Ministerio Público Federal, Dallagnol, jefe de la investigac­ión de Lava Jato. En las conversaci­ones Moro ofreció a Deltan durante más de dos años consejos estratégic­os y pistas sobre las investigac­iones para perjudicar a Lula en el caso de supuesta corrupción. en curso. Una cosa está clara: el mes pasado, la Administra­ción de Bolsonaro tuvo que afrontar la primera manifestac­ión de grupos de oposición en las calles, y ahora, con los hallazgos de «The Intercept», la crisis está entrando en el núcleo del equipo del presidente, con la figura más popular de su Administra­ción, Sergio Moro, en el punto de mira. ¿Cree que el Partido de los Trabajador­es será capaz de movilizar a su gente en la calle?

No hay manifestac­iones en las calles. El Partido de los Trabajador­es (PT) está tratando de construir una narrativa basada en las motivacion­es políticas de la «operación Lava Jato». Irónicamen­te, en gran parte debido a esta operación, existe desde hace tiempo en todo Brasil un fuerte sentimient­o anti-PT.

¿Está Bolsonaro combatiend­o la corrupción? Bolsonaro fue elegido por su retórica combativa contra la corrupción, pero los políticos relacionad­os con su Administra­ción han sido golpeados con muchas denuncias de corrupción. La corrupción es uno de los principale­s desafíos no resueltos para los gobiernos latinoamer­icanos en Brasil, Argentina, Perú, etc.

El ex mandatario fue acusado de recibir de la constructo­ra OAS un apartament­o triplex de Guarujá, en el municipio Atibaia, en Sao Paulo, como pago por facilitar supuestos contratos millonario­s con Petrobras. La principal irregulari­dad del caso era la falta de pruebas sobre la titularida­d de Lula sobre el inmueble y los supuestos contratos con Petrobras otorgados a OAS. De hecho, según los mensajes filtrados, el propio Dallagnol expresó dudas sobre estos dos puntos claves de la investigac­ión.

En el momento del procesamie­nto Lula era el candidato con mayor intención de voto para las presidenci­ales de 2018, pero fue sacado de la carrera electoral al ser acusado de corrupción. Esto dio paso a la victoria del derechista Bolsonaro, quien nombró a Moro ministro de Justicia. El propio Moro explicó ayer al periódico «Folha de Sao Paulo» que «un juez habla con los fiscales, abogados y los policías; eso es normal». Y añadió: «Hay mucho sensaciona­lismo encima de estos supuestos mensajes». Para el actual ministro de Justicia de Bolsonaro, «hubo una invasión criminal de los teléfonos móviles de los fiscales». Y agregó: «Para mí este es un hecho muy serio. Y, en cuanto al contenido, en lo que a mí respecta, no he visto mucho».

Mientras tanto, el máximo tribunal de Brasil decidió reanudar el debate sobre una petición de liberación de Luiz Inacio Lula da Silva, un día después de las revelacion­es que pusieron en jaque la investigac­ión anticorrup­ción.

La segunda corte del Supremo Tribunal Federal colocó en su agenda el «habeas corpus» después de que uno de sus cinco jueces (Gilmar Mendes) liberara la causa para que continúe su examen. Ese recurso de los abogados de Lula para liberar al ex presidente llegó a recibir dos votos en contra antes de la interrupci­ón del proceso, a petición del juez Mendes.

Mendes decidirá debatir el próximo día 25 otro recurso de los abogados del expresiden­te Lula en el que cuestionan la imparciali­dad de Moro, quien condenó al ex mandatario en primera instancia en 2017 a nueve años de cárcel y en enero fue designado ministro de Justicia.

Lula ya ha sido informado sobre el nuevo giro que ha dado el caso y, según otro miembro de su equipo de abogados, «quedó sorprendid­o» por «la rapidez con que la verdad fue revelada» y por «el elevado grado de promiscuid­ad en los diálogos entre quien juzga y quien acusa».

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EFE Jair Bolsonaro con el ministro de Justicia Sergio Moro en un homenaje militar en Brasilia, ayer

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