El hermanastro de Kim era informante de la CIA
Kim Jong Nam, el hermano asesinado del dictador norcoreano Kim Jong Un, colaboraba con la CIA. Lo sostienen tanto «The Wall Street Journal» como la periodista Anna Fifield, de «The Washington Post». El periódico publicó el lunes un reportaje que confirma punto por punto todos los rumores respecto a las sinergias con el espionaje de EE UU que siempre precedieron a Kim. Fifield publicó ayer un libro, «The great sucessor» (El gran sucesor), que refuerza la tesis. Kim, hermano mayor del tirano, llamado a suceder a su padre, Kim Jong Il, hasta que una cadena de sucesos le hicieron perder sus favores, fue asesinado en 2017 en el aeropuerto de Kuala Lumpur después de que dos mujeres rociasen su rostro con gas nervioso. Las asesinas, cuenta el «WSJ», fueron dos mujeres, la vietnamita Doan Thi Huong, que salió en libertad en mayo, y Siti Aisyah, de Indonesia, liberada en marzo.
Cuando murió, hacía pocos días que Kim se había reunido con el hombre al que varias fuentes relacionaban con la CIA. Las autoridades encontraron en poder de Kim un maletín con 150.000 dólares en billetes. Su reunión con el supuesto agente de EE UU tuvo lugar en la isla de Langkawi. Cuentan que Kim vivía como un auténtico buscavidas, enganchado al azar, las comidas caras, el lujo y los casinos de Macao, donde residía. En el reportaje del «WSJ» se cita a una fuente anónima, relacionada con el espionaje estadounidense, que afirma sus reuniones con agentes de la CIA, aunque en realidad careciese de acceso a los secretos de palacio en Pyongyang. Su condición de exiliado le impedía acceder a ellos, pero tampoco puede obviarse que se trataba del elegido, del hombre que iba a presidir el país. Esa misma fuente habla de su relación con los espías de otros países, caso de China.