AMORES QUE MATAN ROSETTA FORNER
Y suma y sigue la maldita estadística de mujeres muertas a manos de sus «parejas» (más que parejas, maldiciones en forma humana). Llevo muchos años escribiendo libros con la intención de despertar a las mujeres de su letargo emocional, de ayudarlas a emanciparse de creencias caducas del tipo «una mujer sin pareja es una fracasada o vale menos», es decir, a tirar la diadema floja y ponerse la corona de reina (asumir las riendas emocionales de su vida). Aunque parezca increíble, la baja autoestima en las mujeres abunda, y no va a mejor. Soy partidaria de hacer profilaxis: mejor prevenir que tener que curar. Lo cual consiste en enseñarle a la mujer a amarse, protegerse, cuidarse, practicar el «enséñame la patita por debajo de la puerta». Las personas no siempre somos lo que parecemos. Aunque, a veces, sí parecemos lo que somos: maltratadores, narcisistas, egocéntricos, psicópatas, en mayor o menor grado, dan muestras de ello desde el primer momento. Ergo, hay que aprender a detectarlos y no entrar en relación con ellos, o salir corriendo a la menor señal de peligro. Cuando la mujer tiene una autoestima baja y se valora muy poco o nada, tiene una actitud pasiva, acepta halagos, cree lo que le digan, puesto que se siente importante para ese hombre que la adula y corteja, y baja la guardia, con lo que no analiza ni duda de nada, y cae en las redes de una relación tóxica a nivel psicológico que puede, con el tiempo, acabar con su autoestima y, en el peor de los casos, con su vida. Hay que fomentar el tener un amor propio a prueba de maltrato. Y esa de idea de «mi amor le cambiará» hay que sustituirla por «mi amor a mí misma me salvará de relaciones nefastas».