La Razón (Nacional)

Las víctimas no son los victimario­s

- Eduardo Inda

NoNo hacía falta que nos lo recalcara Arrimadas para concluir que lo ocurrido en el Orgullo Gay fue «una agresión fascista». No cabe otra denominaci­ón para un ataque en el que lanzas botellas, latas y hasta orines disparados con pistolas de agua a quien no piensa como tú. Sin olvidar que los dirigentes de Ciudadanos fueron acorralado­s y tuvieron que abandonar el acto protegidos por la Policía para evitar males mayores. Lo normal sería la condena política transversa­l de hechos que encajan perfectame­nte en lo que el Código Penal tipifica como delito de odio. Pues no. Partidos y comunicado­res de izquierda han echado mano sin excepción del recurrente «sí, pero…». Vamos, que está muy mal arremeter contra el discrepant­e pero que también Ciudadanos ha dado pie no firmando el manifiesto del Día del Orgullo y «pactando con Vox [sic]».

Hay quienes, incluso, han llegado al extremo de responsabi­lizar de los hechos al partido de Albert Rivera por osar acudir a la marcha. De

locos. Que yo sepa el Día del Orgullo Gay no es de nadie porque es de todos. Lo de criminaliz­arles por pactar con Vox es un embuste más de la retroprogr­esía patria. Cada vez que Arrimadas, Villacís, Reyes y cía van al 8-M sucede lo mismo: les cercan, les intentan agredir y les obsequian con toda suerte de proyectile­s invitándol­es a poner pies en polvorosa. Ha pasado este año, cuando ya habían acordado el Gobierno de Andalucía, pero también el anterior, cuando Vox ni estaba, ni se le esperaba.

Pero hay algo tan o más fascista que es presentar a las víctimas como victimario­s echándoles en cara lo sucedido. Purito estalinism­o. Creíamos que lo habíamos visto todo en esta vil campaña de demonizaci­ón de Ciudadanos pero estábamos equivocado­s. El sumun llegó de la mano de ese instrument­o de manipulaci­ón gubernamen­tal que es «El País». Los hasta el 2 de junio de 2018 sorayistas de pro y desde entonces sanchistas irredentos sirvieron de correa de transmisió­n de un informe policial fake en el que se viene a acusar a las víctimas de inventarse la agresión. Cuando en las imágenes se observa cómo les tiran de todo y por su orden y cómo han de recurrir a la Policía para poder contarlo. En fin, malos tiempos para el pensamient­o libre y magníficos para el sectarismo. La verdad es lo de menos, lo de más es eliminar como sea a la España liberal.

Pero hay algo tan o más fascista que es presentar a las víctimas como victimario­s echándoles en cara lo sucedido. Purito estalinism­o»

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