La candidatura de Borrell, en peligro
«No hay plan B», dicen fuentes diplomáticas ante las dificultades que está atravesando Von der Leyen en la Eurocámara para validar su candidatura como presidenta de la Comisión Europea. Pero estos obstáculos no sólo atañen a la todavía ministra de Defensa alemana, sino que también empañan las posibilidades de Josep Borrell como Alto Representante de la diplomacia comunitaria y vicepresidente del ejecutivo comunitarios, ya que los dos cargos pertenecen al mismo paquete. Por eso, el ministro español en funciones viajó ayer a Estrasburgo para dar apoyo moral a la política alemana, su previsible futura jefa y reconoció que «todo el mundo comparte una cierta inquietud» sobre qué pasará hoy. De momento, los únicos puestos asegurados dentro de la cúpula comunitaria son el del presidente permanente del Consejo (que no depende de la validación de la Eurocámara) y el del presidente del Parlamento, que ya se encuentra ejerciendo su cargo.
Pero el propio Borrell reconoce que su candidatura presenta además algunas dificultades propias, no vinculadas al éxito o fracaso de Von der Leyen. Entre ellas: los forcejeos del independentismo catalán; la interinidad del Gobierno español ante una eventual convocatoria de elecciones o su posición sobre algunos temas. Sobre el primero de los inconvenientes el ministro no mostró ninguna duda de que los soberanistas catalanes intentarán dañar su candidatura. «Si pueden, lo harán, claro», señaló al ser preguntado sobre un supuesto caso de espionaje promovido por su ministerio, a la vez que aprovechaba la ocasión para negar estas acusaciones efectuadas por la Generalitat.
El ministro en funciones deberá pasar a finales de octubre una audiencia ante la Eurocámara, al igual que el resto de los futuros miembros del colegio de comisarios según su cartera. La comisión correspondiente debe aprobar un dictamen positivo con dos tercios de los votos. El pleno de la Eurocámara debe validar a todo el colegio de comisarios en su conjunto, por lo que este posible informe negativo supone una maniobra de presión para que la capital correspondiente presente
otro candidato. Ayer Borrell señaló que estos dos tercios suponen una mayoría más exigente que la requerida para la presidencia de la Comisión Europea (mayoría absoluta, la mitad más uno). El propio aspirante a jefe de
la diplomacia comunitaria incluso dio algunas pistas sobre posibles puntos negros que pueden ser aprovechados por sus enemigos en la Eurocámara: su posición sobre Kosovo (España no reconoce a esta provincia de mayoría albanesa como Estado; sus polémicas declaraciones sobre Rusia y EE UU (aseguró que los americanos habían «matado cuatro indios») y la dificultad de contentar a las diferentes facciones de la Eurocámara en temas tan espinosos como Oriente Medio, ante el conflicto entre Israel y Palestina, o Venezuela. «Encontrar un punto donde uno no falsee su pensamiento y al mismo tiempo consiga que haya una mayoría que lo comparta no es fácil. Hay algunos temas vidriosos. Yo lo que no puedo hacer es decir lo contrario de lo que pienso», explicó. Está previsto que el colegio de comisarios comience su andadura el 1 de noviembre.