El bello arte de la disuasión
Cada día, los 365 del año, una veintena de submarinos nucleares estratégicos, armados con misiles balísticos, aguardan sumergidos la orden de lanzar. Se llama: «Segunda respuesta»
La función principal de un submarino de propulsión nuclear, armado con misiles balísticos de ojivas múltiples, de 400 kilotones de potencia, es garantizar al enemigo que cualquier ataque con armas atómicas tendrá una respuesta demoledora sobre sus ciudades, centros industriales y puestos de mando estratégicos. Es, pues, la piedra angular de la disuasión nuclear, la que evita las tentaciones de dar un primer golpe, con la esperanza de destruir o reducir significativamente los sistemas de lanzamiento del enemigo. Porque un solo submarino balístico, por ejemplo, un clase «Ohio» norteamericano, transporta suficientes misiles «Trident» como para reducir a cenizas 200 ciudades de tipo medio. Además, alcanza blancos a más de 7.000 millas náuticas de distancia. Estados Unidos, aunque los datos están sujetos a cambios constantes, mantiene 9 «Ohios» en la mar –cinco en el Pacífico y 4 en el Atlántico–, con otros 5 navíos de la misma clase en reserva o las necesarias tareas de mantenimiento. Rusia tiene un número similar de buques, que prefieren aguardar bajo los hielos polares para dificultar su localización por los nuevos satélites, mientras que Reino Unido, Francia y China, no suelen desplegar más de uno. Todos disponen de tripulaciones dobles, porque la autonomía de estos submarinos, tan grandes como un crucero, no depende tanto del combustible, como de la resistencia de sus tripulantes. Prácticamente se desconocen las características técnicas de estos tipos de buques, por ejemplo la velocidad o la cota de inmersión, pero no son relevantes para los efectos buscados. Lo importante es que sean silenciosos durante los períodos de espera y que el tiempo de lanzamiento, cuando deben subir por encima de los 50 metros de profundidad y son más vulnerables, sea el menor posible. Otros países, como India y Corea del Norte están desarrollando sus propios submarinos estratégicos. Los indios tienen misiles de alcance medio y los coreanos emplean un diésel-eléctrico modificado, con muy poca autonomía, como banco de pruebas de sus cohetes nucleares. Pero irán progresando, sin duda.