España agota el 91% de las reservas de vacunas
Sanidad valora no aplicar a los mayores los sueros procedentes de AstraZeneca
La carencia de vacunas a la espera de que empiecen a llegar a las autonomías las nuevas remesas de Moderna y de Pfizer es prácticamente total. Los servicios de salud de las comunidades agotaron casi sus reservas el pasado fin de semana, tras administrar 135.072, la mayoría segundas dosis, y han consumido ya el 91% de las 1.769.055 que les han sido entregadas desde que arrancara la campaña de vacunación, el pasado 27 de diciembre.
Ayer, sólo disponían de 159.794 sueros, una cantidad pírrica para mantener el ritmo que sería necesario para que España alcance en verano la inmunidad de rebaño, para lo que se requiere que el 70% de la población esté inmunizada, el objetivo del Gobierno.
Según los datos del Ministerio de Sanidad, Castilla y León y Castilla-La Mancha habían usado ayer el 100,3% y el 100% de las dosis entregadas, lo que quiere decir que están echando mano de la sexta dosis que contienen los viales de Pfizer y que fue reconocidos por la compañía por medio de una modificación en la ficha técnica, tras asegurar en un primer momento que sólo había cinco.
Dicha dosis requiere para su extracción de unas jeringuillas especiales que no existen en todos los centros sanitarios. El País Vasco vuelve a ser, de nuevo, la región más rezagada. Ha decidido junto con Madrid, Cataluña, Andalucía y otras regiones suspender la aplicación de primeras dosis hasta que lleguen remesas suficientes. Los datos de Sanidad revelan que 357.892 personas han recibido las dos dosis en el conjunto del país y la mayoría estarían ya inmunizadas frente a la Covid-19. A la cabeza siguen Andalucía, con 78.640, y Cataluña, con 60.676 personas doblemente vacunadas. Cantabria y La Rioja figuran en la cola.
Por otro lado, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, avanzó ayer que el grupo de trabajo del plan de vacunación contra el Covid-19 está estudiando la posibilidad de no recomendar que los mayores se pongan la vacuna de AstraZeneca, autorizada el viernes por la Agencia Europoea del Medicamento.
«Los ensayos clínicos no los ha realizado en personas mayores, con lo cual es muy posible que al no tener evidencia se recomiende para grupos más jóvenes que sí hayan formado parte de los ensayos», dijo. De ser así, Sanidad se desmarcaría de la recomendación realizada el viernes por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), que optó por aprobarla en mayores de 65 años.
Según Simón, tanto España como el resto de la UE podrían no seguir esta recomendación, alineándose con Alemania. De hecho, hoy tiene previsto reunirse el grupo de expertos en vacunación, que «está trabajando en esta opción». «Habrá que ver a quién se aplica la vacuna o no», detalló. Mañana, la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad se pronunciará sobre la recomendación que efectúe al respecto el comité.
Con respecto a esta vacuna de AstraZeneca, Bruselas considera que el anuncio de la compañía del domingo por que el que se comprometía a aumentar el ritmo de suministro de vacunas «es un paso adelante», pero insuficiente. «Definitivamente, no es la cifra que esperábamos recibir durante el primer trimestre, así que las discusiones continuarán, por supuesto», explicó ayer el portavoz comunitario, Eric Mamer.
El laboratorio se ha comprometido a entregar a los gobiernos europeos nueve millones de dosis adicionales, con lo que el número total asciende a 40 millones hasta el mes de abril. Esta cantidad supone la mitad de las vacunas comprometidas con los Gobiernos europeos. La semana pasada el laboratorio y la empresa farmacéutica libraron una agria batalla que llegó al climax el pasado viernes con la publicación de una versión censurada del convenio firmado entre las dos partes. Bruselas entró en cólera cuándo el laboratorio anunció un recorte del 75% de las vacunas respecto a las dosis acordadas.
En este texto, repleto de tachones, no aparecía el calendario de entrega, pero especificaba que el laboratorio tiene la obligación de utilizar sus plantas en Reino Unido para asegurar el reparto a los Veintisiete. AstraZeneca había defendido que las dos partes del negocio estaban segregadas y había justificado su retraso en la entrega a problemas de producción en la planta situada en Bélgica. Bruselas ha puesto en marcha un mecanismo de transparencia que, en la práctica, funcionará como una especie de licencia de exportación, para poder vetar envíos a terceros países si se demuestra que los laboratorios farmacéuticos están desviando las dosis que habían prometido a los Veintisiete.
La multinacional no probó su suero en personas de más de 65 años durante los ensayos clínicos previos a la aprobación