Venden Sun Records y sigue la fiebre del oro
El sello que escribió la historia del rock y donde debutaron Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Johnny Cash y Roy Orbison es adquirido por Primary Wave mientras el sector de compra de catálogos arde
Podría decirse que son las sagradas escrituras, o el acta fundacional del rock & roll. En el sello Sun Records debutaron algunos de los más grandes arquitectos de un sonido con muchos padres pero dos apóstoles: Sam Phillips y Elvis Presley enseñaron al mundo la semilla del lenguaje musical dominante durante las siguientes décadas. Y en ese pequeño sello de Memphis (Tennessee, EE UU) publicaron sus canciones ídolos negros del blues como B. B. King, Howlin’ Wolf y Bobby «Blue» Bland, junto a jóvenes blancos que no tenían quien les escuchara y suplicaban una oportunidad, como el propio Elvis, y también Roy Orbison, Jerry Lee Lewis, Carl Perkins y Johnny Cash, que editaron sus debuts en el sello que acaba de ser vendido por 30 millones de dólares, el último catálogo en sucumbir a la nueva fiebre del oro.
La venta incluye todo el catálogo de Sun Records (a excepción de las canciones de Elvis), el logo del sello y sus marcas asociadas, que han sido adquiridas por Primary Wave, uno de los actores más fuertes en el mercado de la adquisición de catálogos para su explotación comercial en el ámbito digital. La compañía adquiere, entre los más de 6.000 másteres, joyas como «Whole Lot of Shaking Goin ‘On» y «Great Balls of Fire», de Jerry lee Lewis; «I Walk the Line» y «Folsom Prison Blues», de Johnny Cash y «Blue Suede Shoes», de Carl Perkins, entre otras gemas de la historia del rock. El anuncio llega con el sector de las adquisiciones editoriales en su momento álgido. Después de la venta del catálogo de Bob Dylan, llegó la adquisición de parte de la discografía de Neil Young (1.800 canciones) por Hipgnosis, que también compró la obra de otra artista con un perfil diferentes, como Shakira. Primary
Wave se hizo, a finales de 2020, con buena parte de la obra de Stevie Nicks (Fleetwood Mac) por una cifra cercana a los cien millones de dólares.
Historia del rock
En 1954, Elvis Presley entró por la puerta de Sun Records pidiendo una oportunidad. Sam Phillips, un hombre amable, enamorado de blues y con mentalidad abierta, le escuchó como hacía con todo el mundo. Presley solo llegó a grabar cinco singles para Sun, porque, en octubre de 1955, sus derechos fueron traspasados a la poderosa RCA por 35.000 dólares y Presley ya se había convertido en una sensación nacional. Con apenas cinco temas ya habían hecho historia: inventaron el rock & roll. Lo mismo le sucedió a un joven Johnny Cash cuando llamó a la puerta de Sun. «Si no hubiera existido un tipo llamado Sam Phillips, es probable que yo todavía siguiera trabajando en un campo recogiendo algodón», escribió en sus memorias el ídolo «hillbily».
Sin embargo, la locura desatada ahora poco tiene que ver con la vibración de la música, sino con un negocio en auge, que ya explicaba la histórica venta de los derechos editoriales de toda la discografía de Bob Dylan. Con la universalización del «streaming», que multiplica sus usuarios de pago en todo el mundo a un ritmo que supera el crecimiento de otros mercados (aunque poco a poco acercándose a la maduración del mismo), diversas compañías de inversión se han lanzado a la adquisición de catálogos de intérpretes porque su rentabilidad es mayor que la de otros bienes o acciones. En los últimos años, algunos fondos han irrumpido en el mercado movidos por la especulación y la posibilidad de crecimiento rápido de los ingresos digitales, que, en el caso de los grandes clásicos de la música han visto duplicarse su valor. Hipgnosis Songs Fund, fundada hace solo dos años, ha gastado alrededor de 670 millones de dólares para hacerse con los derechos de más de 44.000 canciones de Blondie, Rick James, Barry Manilow y Chrissie Hynde. Primary Wave comenzó con la adquisición del 50 por ciento de la obra de Nirvana y desde 2016 inició la compra de un vasto catálogo de más de 15.000 canciones en los que ha invertido 1.000 millones de dólares.