¿Ahora Andalucía?
El líder de Más Madrid, Iñigo Errejón, el chaval que conoció a Pablo Iglesias, el difunto, mientras se comía un bollito con azúcar en la cafetería de la facultad, se sube a la ola de las predicciones electorales que quieren poner las urnas en los colegios en Andalucía, donde no hacen falta porque la dupla Partido Popular-Ciudadanos funciona después de que Susana Díaz le diera la estocada a su partido en 2018. Desde entonces, pandemia incluída, Juanma Moreno Bonilla mantiene un gobierno estable con presupuestos aprobados y gestionando un perfil de moderación sin meterse en jardines espinosos. En esto, Iñigo Errejón, con sus luces, ya anuncia un resurgir de la izquierda en Andalucía bajo la llegada de un «Andalucismo progresista», un oxímoron en sí mismo que ha dejado una ristra de cadáveres políticos en la era autonómica.
El chico del bollito habla del alcalde de Cádiz, José María González «Kichi» y de Teresa Rodríguez como el nuevo matrimonio que salvará a la «progresía» meridional pensando en un descalabro socialista como el que acabamos de ver. Ni lo sueñes, los híbridos no suelen dejar descendencia, pero esta «carajotá» aliña los comentarios interesados que agitan la situación en el sur de España innecesariamente pero que ya copan las tertulias de sabelotodos.
No toquemos nada y menos la rosa, que ya sabemos que tiene espinas, porque el triunfalismo no es buen amigo cuando hay que tomar decisiones profundas y de calado. Cuando baje la fiebre del «Ayusazo», tras la contundente victoria de los comicios del pasado 4 de mayo, la realidad pondrá todo en su sitio al igual que las frutas en el cesta de Platón. Es cuestión de tiempo y de no tomar decisiones llevados por la inercia de una buena mano en una partida global.