PRENDE LA LLAMA EN COLOMBIA
DesdeDesde el pasado 28 de abril se han producido 24 muertes, al menos 800 heridos entre policías y civiles y cerca de 90 desaparecidos; comercios saqueados, sucursales bancarias y oficinas administrativas asaltadas, autobuses incendiados, además de numerosos CAI (pequeñas comisarías). El incendio social se extiende por Colombia y el gobierno no sabe cómo apagarlo. Hay incidentes en Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Armenia. Como siempre en este tipo de estallidos de violencia, no hay una sola razón, ni los manifestantes actúan por el mismo motivo. Todo empezó cuando el presidente de Colombia, Iván Duque, puso en marcha una reforma fiscal que provocó el rechazo de amplios sectores de la población. El 15 de abril el Gobierno presentó la conocida como Ley de Solidaridad Sostenible, una medida con la que quería ampliar la recaudación que se había visto muy afectada por la pandemia, basada en un impuesto impuesto a la renta. Esto supone que quien cobre 533 euros mensuales deberá pagar (el salario mínimo es de 204 euros) , pero es que al año siguiente se ampliaría a los que ingresaran 383 euros. Duque ha cesado al ministro de Hacienda y ha nombrado a otro que, de momento, seguirá la antigua política fiscal en la que solo los que percibían 833 euros pagaban este impuesto de la renta, pero no ha servido para apagar el incendio creado. Según el Ministerio de Defensa, en las protestas podrían haber miembros de la disidencia de las guerrillas, FARC y ELN, además de bandas organizadas, pero lo único cierto es que la pobreza extrema en Colombia ha aumentado y los más jóvenes parecen haber roto con su gobierno.