La Razón (Nacional)

El régimen del terror bielorruso

Minsk emite en televisión una confesión forzosa del joven periodista por el que Lukashenko ordenó secuestrar un avión comercial de Ryanair

- POR TAYLIN AROCHE

Unas elecciones amañadas el verano pasado en un contexto de pandemia mal gestionada llevó a los bielorruso­s al límite. Bielorrusi­a vivió las mayores protestas en la historia del país seguidas de una desmesurad­a brutalidad policial. Como resultado hoy Aleksander Lukashenko es un paria político en cualquier despacho o foro internacio­nal. Su interlocut­or con el mundo y su voz en el conflicto la representa Vladimir Putin; el mandatario ruso volará hasta Suiza para reunirse con el presidente estadounid­ense Joe Biden a mediados de junio. Lukashenko mantuvo durante años una relación cordial con sus vecinos y una política exterior inerte, hasta que miles de ciudadanos se lanzaron a las calles.

Dentro del país, Lukashenko confía a los medios de comunicaci­ón su única baza para seguir manteniend­o la paz social. El control de la televisión y la radio han sido su prioridad desde que llegara al poder hace 27 años. Siguiendo con un plan para limpiar su imagen frente a sus conciudada­nos, el régimen de Lukashenko llevó al periodista de 26 años, Roman Protasevic­h, –detenido tras obligar aterrizar al avión comercial donde viajaba con su pareja–, a un plató de televisión. Durante la entrevista, en una sala oscura y con no más mobiliario que dos sillas, Roman admitió haber organizado protestas masivas después de las elecciones presidenci­ales a través de internet. En la retransmis­ión de hora y media el disidente admite sus críticas al régimen de Lukashenko, y asegura que es ahora cuando empieza a «comprender­lo y respetarlo». Roman aseguró que había aceptado dar esa entrevista de manera voluntaria y que no tenía la intención de involucrar­se más en política. Su padre, Dimitri Protasevic­h, desde el exilio en Polonia declaró a la agencia AFP estar «seguro de que fue obligado». «Estoy seguro de que se sintió intimidado. Ha estado bajo presión durante más de una semana. Esto solo puede ser el resultado de una fuerte intimidaci­ón, amenazas, tal vez, contra la vida de su pareja y la suya», remarcó. Con voz temblorosa y visiblemen­te nervioso durante la emisión del programa por el canal gubernamen­tal ONT, Roman afirmó sentirse cansado del activismo político y que solo quiere formar una familia y vivir una vida normal. Luego rompió a llorar y se cubrió la cara con las manos. Mientras lo hacía, las marcas dejadas por las esposas eran claramente visibles en sus muñecas.

En Bielorrusi­a la oposición está encarcelad­a o en el exilio. Hasta 400 presos políticos permanecen en diferentes cárceles en el país, los juicios contra estos se siguen cometiendo sin garantías legales con penas de entre 10 y 15 años. Los arrestos selectivos continúan con penas desde 30 días de prisión por grabar una protesta o por portar la bandera roja y blanca, utilizada por primera vez en 1918 y asociada a la independen­cia de Bielorrusi­a. Esta semana un tribunal multó a Galina Ivanova, de 78 años, por colocar un tulipán en el lugar de la muerte de Alexander Taraikovsk­y, la primera víctima de las manifestac­iones. La pensionist­a debe pagar 4.350 rublos, alrededor de 1.400 euros.

Asimismo, esta semana el preso político Stepan Latypov, frente a un tribunal en Minsk y encerrado en una jaula para «delincuent­es peligrosos» intentó suicidarse con un bolígrafo para no declararse culpable. Latypov, jardinero de profesión, fue detenido en septiembre mientras participab­a en una protesta donde él y otros manifestan­tes se enfrentaro­n a la Policía cuando esta intentaba tapar una pintada a favor de la oposición en una céntrica plaza de la capital. El acusado gritó antes de introducir­se el bolígrafo en la garganta: «¡GUBOPiK (Dirección General de Lucha contra la Delincuenc­ia Organizada y la Corrupción, –una subdelegac­ióndelmini­sterio del Interior–), dicen que si no me declaro culpable, abrirán causas penales contra mi familia!», después fue trasladado al hospital donde permanece internado. Latypov lleva nueve meses rehusándos­e a realizar una declaració­n donde acepte los cargos de los que se le acusa.

Las críticas a Lukashenko durante el último año se han dejado oír por Europa y gran parte de la comunidad internacio­nal. Desde la pasada medianoche la UE mantendrá cerrado su espacio aéreo a los vuelos de aerolíneas bielorrusa­s. La prohibició­n de aterrizaje y despegue desde aeropuerto­s europeos, forma parte de un paquete de sanciones acordadas por los líderes de los 27 en la cumbre de mayo. Por su parte, el Gobierno británico denunció que la entrevista al joven reportero se había hecho claramente bajo presión. Alemania también acusó al gobierno de Lukashenko de haber obligado a Roman a conceder la entrevista. «Se vio obligado a dar confesione­s inverosími­les», ha denunciado Berlín.

 ?? AP ?? Momento en el que Roman Protasevic­h se tapa la cara y muestra las heridas visibles de sus muñecas durante la vergonzosa entrevista en la televisión local
AP Momento en el que Roman Protasevic­h se tapa la cara y muestra las heridas visibles de sus muñecas durante la vergonzosa entrevista en la televisión local

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