Los embargos de vivienda habitual se disparan un 84%
El número de españoles que tienen problemas para abonar su hipoteca va en aumento cada mes pese a los intentos del Gobierno por proteger a las familias económicamente más vulnerables de la crisis del coronavirus. El número de inscripciones de certificaciones por ejecuciones hipotecarias de vivienda habitual iniciadas en los registros de la propiedad –los embargos para su posterior venta por el impago de un crédito– se dispararon un 84,1% en el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2020, hasta las 3.207, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es la cifra más elevada en cuatro años. En cuanto a las viviendas no habituales, los embargos ascendieron a 682, un 23,3% más que en 2020.
El desmesurado aumento de embargos se produce a pesar del Real Decreto-Ley 8/2020 de 17 de marzo aprobado de forma urgente por el Ejecutivo y que estableció, en su artículo 7, medidas extraordinarias conducentes a procurar la moratoria de la deuda hipotecaria para la adquisición de la vivienda habitual, lo que ha permitido a muchos titulares de préstamos hipotecarios posponer su pago hasta un máximo de nueve meses. La medida estuvo en vigor hasta finales de septiembre, pero el Consejo de Ministros decidió entonces no prorrogarla, lo que podría haber contribuido a disparar los impagos y los embargos en meses posteriores. A principios de febrero, el Ejecutivo tomó la decisión de recuperar la moratoria.
Aunque como recuerda el INE no todas las ejecuciones de hipoteca que se inician terminan con el lanzamiento –desahucio– de sus propietarios, lo cierto es que se trata de un termómetro a tener en cuenta sobre cómo pueden evolucionar los desahucios en fechas posteriores.