El fútbol recupera la voz
La selección jugó otra vez con público año y medio después. Vuelven los gritos, vuelve la normalidad
El Metropolitano ya no suena hueco y sus alrededores vuelven a oler a fútbol. Los bares han retirado las terrazas y han habilitado un espacio para vender al exterior, para dar de comer y de beber a los aficionados que tienen hambre y sed de fútbol. Los tenderetes vuelven a vender bufandas antes del partido. Y que no falten las pipas, las patatas y los refrescos aunque la normativa sanitaria impida comer y beber dentro del estadio.
El fútbol vuelve a tener voz. 14.743 gargantas había en el estadio de las 15.000 permitidas por Sanidad. Con mascarilla y guardando la distancia de seguridad.
Pero nada decía la normativa de que no se pudiera pitar a los protagonistas. Había muchos silbidos guardados en el saludo a Cristiano Ronaldo, al que el público abucheaba como si no hubiera pasado el tiempo. Y como si en lugar de ser un derbi ibérico, un partido de hermanamiento para vender la candidatura conjunta para organizar el Mundial de 2030, se tratara de un derbi madrileño y Cristiano siguiera vistiendo la camiseta blanca. Incluso se escuchó tímidamente el clásico grito de «ese portugués» y lo que sigue. Aunque había pitos para todos. Tampoco se libró Joao Félix de los silbidos, no se sabe si de propios o de extraños. Aunque los silbidos que escuchó también el seleccionador español, Luis Enrique, pueden dar alguna pista de la procedencia de los abucheos. A Pepe, en cambio, lo aplaudieron cuando fue sustituido por William Carvalho. Misterios.
Había mucha bandera española en la grada y en los alrededores antes de acceder al estadio. Y mucha camiseta roja. Pero se veían algunas portuguesas, casi todas con el «7» a la espalda y el nombre de Cristiano Ronaldo.
Han pasado muchos días desde que el Metropolitano no acogía a gente en sus gradas. Un año, dos meses y 27 días desde aquel 7 de marzo de 2020 en el que el Atlético recibió al Sevilla en la jornada 27ª de la Liga pasada. 60.422 espectadores vieron aquel partido. Cuatro veces más de lo permitido en el España-Portugal.
Menos personas presenciaron en directo el último choque de la Roja con público en territorio español. Fue el Wanda Metropolitano también el escenario. De eso hace más tiempo. Algo más de un año y medio ha pasado desde aquel 18 de noviembre de 2019 en el que todo parecía tan normal y tan extraño a la vez.
Aquel día España goleó a Rumanía (5-0) y cerró la clasificación para la Eurocopa que se va a disputar ahora. Ese mismo día Robert Moreno dejó de ser seleccionador español. La noticia se la comunicaron en el vestuario y ni siquiera hubo conferencia de prensa posterior al partido. Como si fuera el presagio del silencio que vendría después, cuando la vida se paró para todos y no sólo para el fútbol.
Todo vuelve a empezar donde se paró. En el Metropolitano vuelve a arrancar la normalidad, no la nueva, la de siempre. La normalidad. El último partido que España disputó con público fue en el José Alvalade de Lisboa contra Portugal. Todo cuadra, todo vuelve a ser igual pero distinto.