Illa lanza su «Govern en la sombra» y ofrece cuatro pactos a ERC
El PSC presenta un Ejecutivo de 15 consellers para proyectarse como alternativa
Salvador Illa, vencedor de las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero, se ha quedado finalmente en la oposición tras intentar su investidura, aunque no se va a quedar de brazos cruzados. El líder socialista no está dispuesto a quedar abrasado por las llamas de la parálisis, como Inés Arrimadas, que en la pasada legislatura quedó atrapada en la protesta y la crispación y se quedó sin margen para ningún tipo de iniciativa útil. En este marco, Illa se ha puesto manos a la obra de inmediato y ha creado un «gobierno en la sombra» para proyectarse como alternativa y liderar una oposición «dura», pero «constructiva», y hacer una «fiscalización crítica» al ejecutivo catalán presidido por Pere Aragonès, una idea de tradición anglosajona (shadow cabinet) que importó Pasqual Maragall tras quedarse a las puertas de la presidencia de la Generalitat en 1999.
Este «Gobierno alternativo de Cataluña», tal y como lo bautizó Illa en un acto celebrado en el Palau Requesens situado al lado del Palau de la Generalitat, estará compuesto por 15 consellers, dos comisiones y un secretario general, además de un consejo técnico. Illa quiso dejar claro que en ningún caso este equipo hará una oposición «obstruccionista» ya que está dispuesto a llegar a grandes pactos, aunque sí serán «contundentes» porque advierten de que el nuevo Govern nace «fracasado».
En este sentido, citó cuatro grandes pactos que está dispuesto a ofrecer a Aragonès: la superación de la pandemia, con el objetivo de alcanzar el 70% de población vacunada en agosto, atender pacientes con secuelas Covid y desplegar dispositivos de apoyo a la salud mental; la distribución de los fondos europeos, que implique la revisión de los 27 proyectos presentados en febrero por el anterior Govern; un acuerdo a favor del pluralismo que incluya una nueva Ley electoral (la actual beneficia mucho a los independentistas porque sobrerrepresenta a las zonas rurales) y una refundación de los medios de comunicación públicos; y, una renovación de los altos cargos designados por el Parlament.
Asimismo, según explicó, su acción política estará centrada tanto en Cataluña, como en España y Europa. En este sentido, en el interior de la autonomía se dedicará a combatir desigualdades, fortalecer los servicios públicos y recuperar el talento que se ha dejado escapar; con España tendrá una relación exigente, dialogante y leal con el Gobierno y tratará de recuperar el papel de impulso de Cataluña, cooperando con resto de autonomías con lealtad; y hacia Europa, reafirmará el «europeísmo y la recuperación del prestigio» de la autonomía.
Illa también urgió a dos iniciativas: la ampliación del Aeropuerto de El Prat, que ha suscitado una gran división política en Cataluña porque el PSC y JxCat están a favor y Podemos, en contra, mientras que Esquerra evita posicionarse; y, la puesta en marcha de la mesa de partidos catalanes para abordar la crisis política internamente, sin fiarlo todo a la mesa entre Gobierno y Generalitat.
El dirigente socialista empleó un tono conciliador con el Govern y aposto por que las diferencias no impidan «trabajar en las coincidencias y en puntos de encuentro» para buscar «sinergias» que generen prosperidad.
Lo cierto es que Illa ha iniciado la legislatura entre un tono conciliador y duro con Aragonès. Por un lado, ha tendido la mano desde el primer momento para fraguar acuerdos en materia social y económica, pero, por otro, también ha cargado duramente contra Esquerra por haber cedido finalmente ante JxCat y haber reeditado la coalición de gobierno. En este sentido, también ha recordado de forma constante el veto por escrito a pactar con el PSC que firmaron los republicanos durante la campaña electoral con JxCat y la CUP, un gesto que Illa también ha ido echando en cara a los de Aragonès. En cualquier caso, de los cuatro pactos propuestos, tanto la aprobación de una Ley electoral como la refundación de los medios de comunicación públicos y la renovación de los cargos designados por el Parlament se antoja complicada que haya entendimiento a estas alturas. En cambio, en materia sanitaria y económica, es más factible.
El candidato socialista exige una revisión de los proyectos de los fondos europeos y pide diálogo entre partidos catalanes