El Tribunal Supremo rechaza invalidar el «Obamacare»
El Tribunal Supremo ha desestimado por siete votos contra dos la demanda interpuesta contra el «Obamacare» por los fiscales generales de varios Estados. Los magistrados tumban de esta forma el intento de liquidar la reforma sanitaria del ex presidente Obama, que obtiene una de sus grandes victorias políticas después de jubilado. Por contra, su sucesor, Donald Trump, que propició propició y animó a la revuelta de los fiscales, todos ellos próximos a los republicanos, pierde definitivamente en un frente que venía condenado por la senda política desde que John McCain votó en contra por falta de alternativas.
Millones de asegurados mantendrán sus seguros médicos y no se adivina de momento una ruta capaz de retirar de la circulación el «Obamacare». Básicamente los jueces les han dicho a los demandantes que no podían presentar el recurso, que la ley no ampara sus reclamaciones y que no tienen atribuciones legales para sustentarlas.
Cuando Joe Biden llegó a la Casa Blanca, una de sus primeras órdenes ejecutivas fue destinada a potenciar el «Obamacare». «No estamos haciendo nada nuevo», dijo entonces, «excepto restaurar la Ley de Atención Sanitaria a Precios Asequibles y restaurar el Medicaid de la forma en que existía antes de que Trump se convirtiera en presidente». Biden llegó a la Presidencia con la promesa de salvaguardar la reforma sanitaria, al tiempo que acusaba a Trump de dificultar y encarecer el acceso a la atención sanitaria de los más vulnerables.
El magnate siempre ha sostenido que el «Obamacare» viola la Constitución y torpedea la libertad de los Estados. El problema es que siempre prometió un plan mejor, más grande, ambicioso y robusto, y éste nunca llegó.
Al final, la mayoría de jueces conservadores, varios de ellos elegidos por Trump, no propició una sentencia favorable a los intereses republicanos. Antes al contrario, el Alto Tribunal mantiene una postura que desarbola una de las guerras legales más duras de los últimos años. El «Obamacare», odiado tanto por parte de los republicanos como por el ala izquierda de los demócratas resiste frente a la ofensiva. Hasta que una nueva mayoría en el Capitolio sea capaz de tumbarlo. Algo que, de momento, se antoja dudoso.