España marciana
Dirección y guión: Aihnoa Rodríguez. Intérpretes: Guadalupe Gutiérrez, Carmen Valverde, Isabel María Mendoza. España, 2020. Duración: 98 minutos. Drama.
Sería inútil quedarse solo con la lectura antropológica y de género –es decir, la que reinterpreta esa España vacía y la que se acerca con insólita curiosidad al papel que cumplen las mujeres en esa geografía de la ausencia y el misterio, con el peso de la autoridad patriarcal como sombra ominosa pero empequeñecida: los hombres son decididamente los actores secundarios de este planeta extraño– de una película tan original como «Destello bravío». Ainhoa Rodríguez ha construido un collage de viñetas tan extremeñas como universales, que podrían haber sido imaginadas por un David Lynch buscando su Twin Peaks hispánico. Así las cosas, la alienación y el deseo, expresados desde el contraste con un entorno adusto, polvoriento o de madera antigua, se mezclan con los relatos oníricos y de invocación religiosa –ahí están las cruces y los altares– que forman parte de una manera de pensar y de hablar típicamente españolas. Rodríguez conspira con las habitantes de Puebla de la Reina para que se entreguen a un juego que tiene tanto de documental performático como de cuento fantástico e irreverente. Véase, como botón de muestra, esa última cena en la que las comensales empiezan a buscar el placer en la comida, o en el tacto de un collar de perlas, hasta alcanzar un orgasmo que podríamos calificar como cósmico.
Lo mejor
Que sus premios en Málaga abran los ojos a su extraña, fascinante visión del mundo
Lo peor
Tal vez que la feroz originalidad de la película pueda asustar a los no avisados