Constitucionalismo
SeSe vuelve a hablar del consti-tucionalismo. consti-tucionalismo. Incluso Caye-tana Caye-tana Álvarez de Toledo ha propuesto una especie de reagrupamientoconstitucio-nalista reagrupamientoconstitucio-nalista al margen, según parece, de cualquier partido político. Y sin embar-go embar-go el constitucionalismo, en su expre-sión expre-sión política, lleva ya muchos años muerto, aunque sus rescoldos pervivan dentro del lugar en que nació, en una sociedad civil debilitada, casi marchita. Emergió, aupado por varias de las aso-ciaciones aso-ciaciones de resistencia al terrorismo etarra, en los años finales de la década de los noventa, reuniendo a un extenso y variopinto número de personas que, en aquella coyuntura, intuyeron el pe-ligro pe-ligro que representaba la confluencia del PNV con ETA tras el Pacto de Lizarra, y de su corolario el Plan Ibarretxe. Esta-ban Esta-ban allí los viejos comunistas –que aún mantenían el espíritu de la reconcilia-ción– reconcilia-ción– y los nuevos de la Unificación – que defendían la unidad de España–, al lado de un núcleo socialista en el que destacaban los antiguos miembros de Euskadiko Ezquerra, y de otro, tal vez más extenso, de gentes de derecha –al-gunas –al-gunas militaban en el PP–. Sus éxitos fueron notables al sostener un debate permanente con el nacionalismo que limitó las pretensiones de éste, especial-mente especial-mente cuando Zapatero se empeñó en una negociación con ETA. Pero en el plano de la política institucional, ese movimiento no logró hacer cuajar nin-gún nin-gún proyecto después del fracaso que supuso el anuncio de un posible gobier-no gobier-no de coalición PSOE-PP en el marco de las elecciones vascas de 2001 –que ganó Ibarretxe–. Lo que vino después es un progresivo distanciamiento entre la derecha y la izquierda, especialmen-te especialmen-te cuando esta última fue aproximán-dose aproximán-dose progresivamente al nacionalismo radical, tanto en Euskadi como en Ca-taluña. Ca-taluña. Y en ese contexto, los dos nuevos partidos que emergieron del constitu-cionalismo constitu-cionalismo civil –UPyD y Ciudadanos– acabaron arrumbados por el bipartidis-mo bipartidis-mo tradicional.
Lo que hemos heredado de todo esto es la ficción de que existen unos parti-dos parti-dos constitucionalistas que podrían frenar y revertir la deriva fragmentaria de España. Yo no creo en eso. Descarto del papel regenerador a la izquierda socialista por su acomodo con el inde-pendentismo; inde-pendentismo; y sólo veo alguna posibi-lidad posibi-lidad en el centro-derecha, aunque con grandes dudas suscitadas por los per-sonalismos per-sonalismos que, en ella, lo van embo-rronando embo-rronando todo.