Acostumbrados al horror
► Ana Carrasco-Conde recorre los hitos históricos del mal y se interroga por qué el hombre es capaz de provocar tanto dolor
En una de las más encendidas y apasionantes polémicas de la Historia; siglos antes de que Leibniz enunciara sus puntos de vista sobre la teodicea y la justificación del mal en la creación de la providencia de Dios, los platónicos de la época imperial romana tuvieron que lidiar con el creciente dualismo que consideraba a la materia, a nuestro mundo sensible, como sede del mal tras la caída que lo separó del espíritu bueno y creador. La polémica de Plotino y los gnósticos no hacía más que atrincherar por vez primera en barricadas diferentes a los que intentaban desterrar el mal de su mirada y los que construyen su cosmovisión sobre él. Hoy el mal está tan presente como siempre, o acaso más que nunca. Y por eso son tan tempestivas las reflexiones del magnífico nuevo ensayo de la filósofa complutense complutense Ana Carrasco, recién aparecido aparecido en Galaxia Gutenberg bajo el título de « Decir el mal. La destrucción del nosotros». Abu Ghraib, Guantánamo, los Gulag, los campos de exterminio nazi, la distopía asesina los jemeres rojos y todo el mal que aún duele en nuestras retinas a lo largo del maldito siglo XX y comienzo del no menos prometedor XXI, nos hace temer, con Carrasco, los males de la insensibilidad, del acostumbrarse al horror y resignarse a ver en él una característica inherente al ser humano. Pero no debemos adoptar una postura filosóficamente filosóficamente inane o caer en la indefensión ante la omnipresencia omnipresencia del mal y sus tratamientos comprensivos en textos filosóficos, filosóficos, literarios o religiosos. Como siempre, y así comienza el libro, todo empieza en la llanura de Troya. La noche infausta que luego evocará Eneas en Virgilio. El joven hijo de héroe griego, Neoptólemo, estrella a un pobre bebé troyano contra el suelo desde las murallas. Las cautivas de Sófocles, siempre las mujeres, clamarán ante ello. Luego el libro nos conduce de forma sugerente por diversos derroteros. derroteros. Platón, Plotino, Espinoza, Kant, Hannah Arendt. Prepárense Prepárense para el viaje. Lo crudo, lo cruel, lo banal. Una filosofía filológica, helénica, germánica, etimológica. Decisión frente a necesidad. « Este no es un libro amable», advierte la autora en el incipit. Cuidado « voi che entrate». Un auténtica «katábasis» «katábasis» a las profundidades del mal.