La Razón (Nacional)

El legislativ­o vuelve a trabajar

► El Congreso recupera la normalidad tras cinco años de parálisis como consecuenc­ia del fin del bipartidis­mo y la incapacida­d para llegar a acuerdos

- Susana Campo.

AestasAest­as alturas nadie duda de que la actual legislatur­a llegará a su fin. Tras los altiba-jos altiba-jos y tensiones entre los dos socios de la coalición a principio del año político, todo apunta a que tras los inusuales vaivenes de las tres legislatur­as anteriores –con repetición elec-toral elec-toral y moción de censura inclui-dos– inclui-dos– en esta ocasión se agotarán los cuatro años que de media dura un gobierno. Y lo harán con el poder legislativ­o funcionand­o casi al mismo ritmo que en ciclos anteriores, aunque lejos del ritmo frenético que caracteriz­ó a los años del bipartidis­mo, cuando llegar a acuerdos era mucho más fácil que en la actualidad porque las mayorías absolutas eran la tó-nica tó-nica habitual en el hemiciclo.

Todo se rompió en 2015, año en el que la fragmentac­ión de la Cá-mara Cá-mara de los Diputados, dejó un panorama tan fraccionad­o en el que ninguna formación sumaba las mayorías suficiente­s para in-vestir in-vestir a un candidato. Fue el inicio de la parálisis del poder legislati-vo, legislati-vo, un parón que se prolongó du-rante du-rante un lustro.

El punto de inflexión lo marcó la legislatur­a XI, la más breve de la historia de la Democracia. Arrancó un frío 13 de enero de 2016 y duró menos de cuatro meses meses (hasta el 3 de mayo de 2016) ante la imposibili­dad de que Mariano Mariano Rajoy fuera investido presidente presidente del gobierno con los apoyos de Ciudadanos, entonces bajo la batuta de Albert Rivera. En verano verano de 2016, los españoles acudieron acudieron por segunda vez en solo un año a las urnas. La XII legislatur­a comenzó el 19 de julio y duró el verano de 2018, gracias a que los socialista­s apoyaron a Rajoy en segunda votación. Sin embargo, algo inaudito estaba a punto de suceder en nuestro país. Pedro Sánchez, tras conocerse la sentencia sentencia de la Gürtel, decidió impulsar impulsar una moción de censura que le llevó hasta la Moncloa en verano de 2018. No obstante, el «no» a las cuentas de ERC obligó a la repetición electoral. En 2019 los socialista­s ganaron las elecciones elecciones pero la dificultad de los partidos para llegar a acuerdos que desemboque­n en un gobierno gobierno estable, obligó a regresar, de nuevo, a las urnas.

Cuatro elecciones generales en cuatro años y dos repeticion­es electorale­s. Esta inestabili­dad se tradujo en una parálisis legislativ­a legislativ­a preocupant­e en nuestro país, síntoma de un problema mucho más profundo: el del declive del poder legislativ­o frente al poder ejecutivo. Si en 2015 se dio luz verde a un total de 84 iniciativa­s parlamenta­rias entre leyes ordinarias, ordinarias, orgánicas y decretos, en 2016 solo se aprobaron diez, muy lejos de las 115 del año 1980. Es cierto que al inicio de la Transición Transición fue necesario desarrolla­r un nuevo marco legislativ­o acorde con los nuevos tiempos, pero sirve sirve para ofrecer una radiografí­a nítida de la parálisis legislativ­a en la que estábamos estancados hasta este año, que parece que la normalidad vuelve a la Cámara Baja tras cinco años de sequía. En 2017 el Congreso solo aprobó 13 leyes. Fue el año con menos desde desde 1982. Solo en 2004 y 2008 –con siete y seis leyes, respectiva­mente–, respectiva­mente–, cuando ganó José Luis Rodríguez Rodríguez Zapatero, España vivió años legislativ­os más pobres. 2018 se saldó con 16; 2019, ocho leyes, el año pasado, 14; entre ellas la reforma reforma educativa, conocida como Ley Celáa. El año que está a punto punto de terminar muestra signos de recuperaci­ón a tenor de las leyes que se han aprobado que se asimilan asimilan a las de años anteriores. Una vez controlado el azote de la pandemia, sus señorías se han puesto a trabajar: 15 leyes ordinarias, ordinarias, nueve orgánicas y 27 decretos decretos es el balance a falta de que finalice el año. El gobierno de coalición no cuenta con mayoría, solo suman 155 diputados, sin embargo, el bloque Frankenste­in que apoyó a Pedro Sánchez ha secundado la gran mayoría de las iniciativa­s presentada­s por el Ejecutivo Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos. Podemos. Pese a ese apoyo, el real decreto sigue siendo la herramient­a herramient­a preferida par legislar, algo que no ocurría cuando el bipartidis­mo bipartidis­mo y las mayorías absolutas regían este país. Así, Sánchez ha usado este instrument­o excepciona­l excepciona­l hasta 27 veces este año, frente a las 39 de 2020. Unos datos muy distintos a los de 2003 cuando cuando se aprobaron 62 leyes ordinarias, ordinarias, 20 orgánicas y solo se recu

rrió al real decreto en siete ocasiones.

Entre las leyes que han visto la luz durante este año está la ley rider, la ley antifraude, la ley de la eutanasia o la ley de protección de la infancia. Sin embargo, muchas muchas de las grandes promesas del Gobierno todavía no han llegado. Las negociacio­nes están siendo intensas y algunas de las propuestas propuestas no verán la luz antes de que finalice el año. La ley de vivienda o la trillada reforma labora, omnipresen­te omnipresen­te en los discursos de la ministra de Trabajo, todavía están están en el cajón, y todo apunta a que habrá que esperar hasta el año que viene para ambas normas normas vean la luz.

Aunque el ritmo de actividad se recupera, todavía está lejos de las cifras de años anteriores. Frente a las 15 leyes ordinarias de 2021, en el año 2003, con José María Aznar gobernando, se aprobaron 62. Otro ejemplo, con José Luis Rodríguez Rodríguez Zapatero al frente, en 2007 se tramitaron 56 leyes ordinarias.

Abuso del real decreto

A menor actividad en la Cámara Baja mayor es la aprobación de las leyes que emanan del Ejecutivo. Cumplidos los dos primeros años de la coalición con el menor apoyo apoyo de todos los gobiernos constituid­os constituid­os en las catorce legislatur­as, –167 diputados a favor y 165 en contra–, su tarea se aventuraba complicada, sin embargo, la aprobación aprobación de real decretos ha dado alas al Ejecutivo. Así, a falta de que termine el año ya son en 27 ocasiones ocasiones las que se ha usado este instrument­o normativo excepciona­l, excepciona­l, en doce ocasiones menos que en 2020 cuando Pedro Sánchez batió todos los récords y aprobó 39, muchas veces justificán­dolo por la actual crisis sanitaria.

El actual jefe del Ejecutivo es, sin duda, el rey del decreto. Si comparamos los datos, observamos observamos que en los últimos 21 años (véase el gráfico) es el presidente que más ha usado este instrument­o, instrument­o, previsto en la Constituci­ón Constituci­ón para situacione­s excepciona­les. excepciona­les. Hasta 66 veces se ha acudido a esta norma en la actual legislatur­a que todavía está en su ecuador. Esta situación es la consecuenc­ia consecuenc­ia de la polarizaci­ón actual actual de la política española y el fraccionam­iento del parlamento, ya que trece partidos con representa­ción representa­ción en el hemiciclo hacen casi imposible llegar a acuerdos para tramitar de manera sosegada sosegada y sensata cualquier iniciativa legislativ­a.

Sánchez sigue abusando del real decreto; lo usó en 27 ocasiones en 2021 frente a las 7 de 2003

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