Respeto institucional
LosLos máximos órganos de representación del Estado deben esfor-zarse esfor-zarse en mantener y realzar la dignidad y decoro del mismo. Porque también así gana la «imagen-país», su cré-dito cré-dito económico y sus propias empresas, en respetabilidad internacional. No es por las per-sonas per-sonas que los integran. Es por la institución a la que represen-tan represen-tan en cada momento históri-co. históri-co. Desde las Cortes Generales, Congreso y Senado, se dio ejemplo con la reciente renova-ción renova-ción del Tribunal de Cuentas, al que la Constitución dedica el artículo 136. Y no se dio tanto con la del Constitucional, por el afectado «show» montado por algún diputado respecto al nombramiento de una perso-na; perso-na; que podría haber sido res-pondido res-pondido de igual forma con otro espectáculo de parte, diri-gido diri-gido por cualquier otro diputa-do diputa-do a algún otro de los elegi-dos. elegi-dos.
Pero ¿quién habría ganado si no hubiera habido tal ejercicio de autocontención y responsa-bilidad? responsa-bilidad? Pues habría ganado el desprestigio y deterioro de nuestras instituciones demo-cráticas demo-cráticas que algunos desean. Y lo mismo podemos decir, sal-vando sal-vando las distancias, de otros organismos públicos, como el CIS, cuyos responsables deben mantener cierto respeto y sobre todo objetividad. Conozco a mi colega académico José Féliz Tezanos desde hace más de 30 años. De hecho, me encargó la dirección del área económica de la fundación que entonces presidía. Reconozco sus habili-dades habili-dades sociológicas. Pero atacar a los líderes opositores, Casado u otros, con una retórica gue-rracivilista gue-rracivilista no es de recibo en quien oficialmente se supone ausculta la opinion de los ciudadanos.