El fraude de las autovías
LaLa última ocurrencia de estos que nos gobier-nan gobier-nan es la de colocar pea-jes pea-jes a las autovías. Cuan-do Cuan-do los socialistas pusieron en marcha este tipo de carreteras, allá con Felipe, nos vendieron la burra de que había que hacer au-tovías au-tovías en vez de autopistas porque estas últimas eran un lujo que solo se podían permitir los ricos. El problema es que las primeras consistieron en doblar las carre-teras carre-teras nacionales preexistentes, siendo un absoluto desastre, pues resultaban inadecuadas, peligro-sas peligro-sas amén de caras. Como la UE nos llamó la atención al respecto, hubo que rediseñar lo ya construido construido procediendo a nuevos trazados, trazados, mejor diseñados pero mucho mucho más costosos desde el punto de vista de la financiación. Hemos llenado ya el país de autovías, sí, pero el problema es que aquel invento gratis-total se ha convertido convertido en una pesadilla, pues cuesta un Congo mantenerlo. La solución solución final va a ser poner peajes. O sea, convertirlas en autopistas, pues de lo contrario no hay dinero dinero para sufragar tanto dispendio.
La solución es grave porque mientras que las autopistas se hacían sobre trazados paralelos a las Nacionales, sin eliminar éstas, éstas, las autovías se construían sobre el trazado preexistente de otras carreteras, eliminado la red paralela de Nacionales. De manera manera que ahora se va a obligar a todo el mundo a pagar, sin opción opción de otras vías de circulación alternativa libre de peaje. Es tal el fraude, que no será imposible que los ciudadanos lleven el tema a los tribunales y lo ganen. Mucho presumir de autovías gratis, gratis, para al final coinvertirlas en autopistas de pago. Como las que hacía Franco.