La Razón (Nacional)

Alcaraz o cuando el límite es el infinito

Se mete en la final del Mutua Madrid Open al derrotar a Djokovic un día después de ganar a Nadal

- Francisco Martínez.

Con solo 19 años y recién llegado a la élite del tenis, Carlos Alcaraz ha conseguido en dos días algo que está al alcance de muy pocos: derrotar derrotar en menos de 24 horas a Nadal Nadal y a Djokovic, dos de los mitos más grandes de este deporte. El murciano, que ya ha desatado la locura entre la afición, hace historia cada vez que salta a una pista y hoy buscará en la final del Mutua Madrid Madrid Open su segundo título de Masters 1.000. Ayer, en semifinale­s, ganó a una grandísima versión del número uno del mundo por 6-7 (5/7), 7-5 y 7-6 (7/5). Carlitos, como le gusta que le llamen, es todo descaro descaro y talento y se impuso al serbio en un tercer set sencillame­nte apoteósico.

Yencima,Yencima, al acabar el partido, va y dice: « He disfrutado » . Toda la Caja Mágica de los ner-vios, ner-vios, el público en sus casas mordiéndos­e las uñas, y él, Carlos, Carlitos o Charlie, el prota-gonista, prota-gonista, el que tenía que estar tem-blando tem-blando de verdad, confiesa que ha estado tan feliz, que se lo ha pasa-do pasa-do en grande después de derribar a Novak Djokovic (6-7 [5-7], 7-5 y 7-6 [7/5]) en una batalla de tres horas y media. Y además lo consiguió consiguió una jornada después de vencer vencer a Rafa Nadal. Una hazaña a la altura de pocos que ha logrado un chaval que el jueves pasado cumplió cumplió 19 años. El partido contra el serbio ya forma parte de los más históricos que se han vivido en el Mutua Madrid Open, que cumple ni más ni menos que 20 ediciones. Dentro de otras 20 se seguirá recordando recordando este día.

Porque no es que se viera una versión tímida del número uno del mundo. Al contrario. En el tercer set se vio al mejor Nole, al tenista perfecto que ha ganado 20 Grand Slams y que por momentos parece un robot porque no falla una y en otros se pone agresivo y es una tortura. Ese jugador que tantas batallas ha vivido con Nadal y que a tantos tenistas ha triturado. Pero ni eso fue suficiente contra el fuego fuego de Alcaraz. Comenzó el partido con un break, pero no disputó un buen primer set. Vivió de las rentas de esa rotura inicial y Djokovic se le iba acercando hasta que igualó el choque así con apariencia de no estar haciendo demasiado. Sumó cuatro juegos seguidos al saque en blanco y esperó su momento al resto para romper también y forzar forzar un tie break en el que no tardó en tomar ventaja. Sólo le costó un poco cerrar porque Alcaraz apretó cuando ya se vio perdido. Gritaba el serbio al público, marcaba territorio territorio con el aspirante, trataba de asustarlo, pero qué va.

El encuentro estaba en un terreno terreno que tantas veces ha transitado Djokovic. Sin aparente esfuerzo, juega profundo cada vez, lo que mete mucha presión, saca con asiduidad asiduidad a más de 200 por hora con el añadido de que el servicio suele ir colocadísi­mo y juega con una estabilida­d asombrosa. Ni un error de más para ir acabando con la moral del jugador que está al otro lado. Mientras, Carlos iba y venía. Es pura pasión. Un golpe potente por aquí, un tiro largo por allá, dos bien, dos mal, los ganadores y los errores aumentando a la par, pero nunca llega a perder del todo el foco. Su estilo es así y sabe que el fallo forma parte del juego, y sigue y sigue sin que le afecte más de lo debido. Si hay un límite entre la valentía y la osadía o la locura él parece que no lo conoce. Con 5-5 se vio con una pelota de break en contra que salvó... Con una dejada. dejada. Pero es que el punto anterior lo había perdido con otra dejada que se quedó en la red. Eso puede hacer dudar a cualquiera, no a él, que tiene mucha confianza en la sutileza de su muñeca y que con este tiro llegó a desesperar al número número uno, que o no lo veía venir o arrancaba tarde o incluso resbalaba resbalaba cuando quería salir a por la pelota. Se colocó el español 6-5 y al juego siguiente logró una rotura que puso el empate a un set en el choque. Lo hizo de nuevo jugando con el tiro corto que tanto estaba fastidiand­o a Novak.

La pista Manolo Santana ya era una auténtica caldera. Djokovic se dio cuenta de que siendo pasivo quizá no lo iba a lograr y entonces empezó a tirar también con todo, a buscar más ganadores. Pero Carlos Carlos ya estaba subido en la ola y veía cada vez más cerca la posibilida­d de dar la sorpresa. La tenía en su mano, en su revés firme, en su derecha derecha paralela, que explotaba después después de sacar. Porque tiene recursos recursos Carlos con el servicio más allá de la velocidad: logra con el liftado que la pelota brinque y se eche encima y ni el maravillos­o revés de Djokovic podía controlarl­o. Estaba Estaba enfurecido el serbio cada vez que restaba fuera. Miraba a su palco palco con esa cara que se le pone a veces, con los ojos muy abiertos.

Se iba generando oportunida­des oportunida­des Alcaraz en el set definitivo con golpes de todos los colores, en la defensa y en el ataque, homenajean­do homenajean­do la tenacidad de Nadal con alguna derecha y algún revés en carrera o la calidad de Manolo Santana con su mano de seda. Tenía Tenía opciones, miraba a los suyos, cerraba el puño y encogía el rostro y juntaba las cejas: «Vamos», se decía. « No, Charlie», se recriminab­a recriminab­a también. Porque Djokovic es un maestro del escapismo y estaba sorteando esos malos momentos, incluso la primera pelota de par

No voy a decir que soy el mejor, me quedan ocho jugadores por delante para serlo»

Carlos Alcaraz

Le felicito, controló los nervios muy bien para tener la edad que tiene y mereció ganar»

Novak Djokovic

tido, que solventó con un servicio directo impecable.

También Nole tiraba ya duro con el revés y buscaba hacer daño y amenazaba el servicio de Alcaraz en un tramo final del tercer set brutal. Una batalla así se tenía que decidir en un tie break en el que la experienci­a de Novak parecía que podía ser más decisiva que el furor adolescent­e. Quiere el español que le llamen Carlitos, que suena más a chaval, pero cuidado con él. De diminutivo, nada. Un gigante. Derecha paralela del murciano y 4-2 para él en el desempate definitivo. definitivo. Tenía ventaja, pero el tenista tenista de los 20 Grand Slams se resistía. Un resto a los pies a la velocidad de la luz para poner el 5-4, aunque después lanzó largo un revés a dos manos: 6-4, dos bolas de partido para Alcaraz. La primera al resto: otro saque preciso de Nole. Es quirúrgico quirúrgico lo suyo. La segunda, con su servicio, había que recurrir al plan. El tiro con bote alto y si quedaba quedaba la pista abierta, buscarla con valor. Armó el brazo Carlitos y sacó de nuevo la furia en la derecha para tocar el cielo.

 ?? JESÚS G. FERIA ?? Carlos Alcaraz celebra con rabia su victoria ante el número uno del mundo
JESÚS G. FERIA Carlos Alcaraz celebra con rabia su victoria ante el número uno del mundo
 ?? JESÚS G. FERIA ?? Carlos Alcaraz celebra su triunfo ante Novak Djokovic en las semifinale­s del Mutua Madrid Open
JESÚS G. FERIA Carlos Alcaraz celebra su triunfo ante Novak Djokovic en las semifinale­s del Mutua Madrid Open

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