Numancia en la Moncloa
Opinión
PedroPedro Sánchez parece ha-ber ha-ber pretendido resetear su posición política. No era para menos, después de dos semanas de escándalos: des-de des-de la campaña orquestada por el independentismo sobre el espiona-je espiona-je de sus adeptos hasta las airadas peticiones de responsabilidades del sector podemita del Gobierno, pa-sando pa-sando por la asombrosa revelación, hecha por el propio Gobierno, de que el presidente había sido objeto de espionaje y vigilancia, y el consi-guiente consi-guiente enfrentamiento de unos ministros socialistas con otros de la misma familia. Y sin embargo, Sán-chez Sán-chez no hizo alusión a nada de todo esto. Tan sólo esgrimió dos argu-mentos. argu-mentos. Uno explícito, el de los da-tos da-tos económicos, que el Gobierno interpreta de la forma más favorable posible. Y otro implícito, por el esce-nario esce-nario elegido: para Sánchez, Barce-lona Barce-lona –es decir, el nacionalismo– si-gue si-gue siendo la pieza clave de su proyecto. Los dos le sirven para ar-gumentar ar-gumentar la «necesidad» de conti-nuar conti-nuar y agotar la legislatura: no per-judicar per-judicar la recuperación económica y no interrumpir el proceso de nor-malización nor-malización y reintegración del na-cionalismo na-cionalismo catalán en la política española. Con el apoyo de Bildu, que hará las veces de comodín cuando sea necesario, el Gobierno tiene asegurado un cierto respaldo parlamentario. Y con el apoyo de Bruselas, que bastantes problemas tiene ahora con la construcción de una nueva UE, por no decir de un nuevo Occidente, Sánchez se garan-tiza garan-tiza los fondos europeos, que no servirán para hacer las reformas ne-cesarias, ne-cesarias, pero sí para evitar al quie-bra. quie-bra. Queda el principal foco de es-tabilidad, es-tabilidad, que son los socios de Unidas Podemos, y otro menos es-pectacular, es-pectacular, pero no del todo irrele-vante, irrele-vante, como es el enfrentamiento interno en las filas de los ministros de cuota socialista. Es muy posible que el primero desemboque más pronto que tarde en una salida del Gobierno de las podemitas, pero esto no tendrá por consecuencia la apertura de una negociación amplia con el PP. Más bien, Sánchez se en-cerrará en-cerrará en la Moncloa en busca de una mayoría variable. Llegará a su soñada Presidencia de la UE, y el coste para el PSOE, y sobre todo para los españoles, será devastador.