Es hora de decir «no» al maldito gas ruso
Opinión
PreservarPreservar la democracia y la paz en el continente europeo es tan im-portante im-portante para España como para Ucrania. Pero, ¿cómo lograr este objetivo si, desde el comienzo de la guerra, la Unión Europea ha pagado a Rusia 35.000 millones de euros por el suministro de ener-gía? ener-gía? Al mismo tiempo, Ucrania sólo ha reci-bido reci-bido 1.000 millones de euros de los países de la UE para armamento. « Necesitamos menos aplausos y más ayuda», ha recono-cido recono-cido el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
La UE no puede seguir guiándose por el principio de la «realpolitik» y comerciar con Vladimir Putin sin darse cuenta del genocidio genocidio del pueblo ucraniano. En el momento en que los altos cargos rusos amenazan públicamente públicamente incluso a los países europeos con una agresión militar, la única salida posible posible es el rechazo total de Europa a los recursos recursos energéticos rusos.
Estonia, Letonia y Lituania han dejado completamente de importar gas de Rusia desde principios de abril. Polonia ha declarado declarado que lo abandonará a partir de 2023. Alemania está reduciendo su dependencia de la energía rusa más rápido de lo previsto. Finlandia ya habla de «semanas y meses», no de años, antes de que el país deje de consumir consumir energía de Rusia.
Cada contrato de hidrocarburos rescindido rescindido perjudica a Putin. Pero para salir de la aguja del gas del Kremlin, los sectores energéticos energéticos de nuestros países deben conseguir una alternativa potente al gas y al petróleo. Definitivamente será (y ya lo es en parte) el hidrógeno, que Ucrania podrá producir y exportar en grandes cantidades. Oleksandr Riepkin es Representante Especial del Ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania para la Diplomacia Económica