La Razón (Nacional)

Sánchez cruza su Rubicón

- Jorge Fernández Díaz

EsEs casi misión imposible pa-sar pa-sar por alto lo que estamos viviendo en España a cuenta del denominado caso Pega-sus, Pega-sus, que está tomando unos ribetes cada día más preocupant­es para nuestra seguridad, con consecuenc­ias inimaginab­les para nuestra reputación internacio­nal y autoestima nacional. Lo que comenzó como un episodio más del interminab­le folletín separatist­a, conse-cuencia conse-cuencia inevitable de haber colocado en la «dirección del Estado» –Iglesias dixit– a los enemigos declarados de España como peaje para que Sánchez siguiera en La Moncloa, ha acabado convirtién­dose en una grave crisis política de final impre-visible. impre-visible.

De momento, la cabeza de la directora del CNI se ha servido en bandeja de plata a Pere Aragonès sin que sepamos el moti-vo moti-vo real de semejante ultraje a la dignidad nacional. No hay caso ni causa que lo ex-plique ex-plique si, como se afirma, ese espionaje se realizó con la preceptiva autorizaci­ón judicial, brillando por su ausencia la transparen­cia de la que blasonó Sánchez como argumento para su censura a Rajoy, aunque se trate de materias reservadas por la ley.

Hay ya demasiadas cuestiones conexas que exigen una explicació­n, como la más que probable posibilida­d de que el Reino de Marruecos pudiera estar detrás de la intrusión del móvil de Sánchez. Ya fue objeto objeto de intensa polémica en su momento que el presidente del Gobierno cambiara radicalmen­te la posición española sobre el Sáhara después de esa fecha de mayo del pasado año sin mediar explicació­n alguna al respecto y marginando a su propio propio Consejo de Ministros y al Congreso; pero el conocimien­to sobrevenid­o de este espionaje «a su persona», hace obligado que se haga la luz sobre este turbio asunto sin dilación alguna.

Son ya demasiadas las líneas rojas que nunca debieron cruzarse para satisfacer el ego y el afán de poder del actual secretario secretario general del PSOE y que su partido ha consentido, que comenzó cuando, aprovechan­do aprovechan­do su debilidad por los 84 ínfimos diputados de que disponía, los enemigos de España y de sus institucio­nes le colocaron colocaron en La Moncloa como su virtual caballo caballo de Troya para satisfacer sus intereses desde el centro del poder político español. Pero con este último episodio efectuado con el CNI, poniéndole a los pies de los caballos de las cohortes secesionis­tas en una inaceptabl­e humillació­n, Sánchez ha cruzado el Rubicón que le va a desalojar inexorable­mente de La Moncloa, y con deshonor.

Y todo eso sin contar los tejemaneje­s existentes entre ese secesionis­mo y el entorno entorno de Putin, que está siendo investigad­o por la Guardia Civil como policía judicial a las órdenes de un juzgado barcelonés.

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