El caganer
UnUn porrazo bien dado te duele, pero al rato se te pasa cantando «El Se-gadors» Se-gadors» y santas pas-cuas, pas-cuas, pensarían los jefes «indepes». Es lo bueno que tiene ser naciona-lista, naciona-lista, que la realidad se diluye en un universo de banderas, himnos, te-rritorios te-rritorios y razas. Por un tiempo cla-ro, cla-ro, porque cuando hay que dar cuentas ya uno se viene abajo. Tan abajo que puedes pasar inadverti-do inadverti-do y escaparte para vivir a todo trapo convertido en una víctima del exilio. De Ana Gabriel acabamos de saber que dijo que resistiría hasta el final y que no abandonaría Espa-ña…, Espa-ña…, y de Puigdemont que se «cagó en los calzones» cuando unos su-puestos su-puestos representantes de Putin le ofrecieron convertir Cataluña en un paraíso para las criptomonedas y enviarle 10.000 soldados por si la cosa se ponía durita y había que pegar tiros.
Menos mal que el agujero negro nos coloca en nuestro sitio
Tenemos ya la piel tan dura que ni que el separatismo catalán jugara jugara a la guerra con Putin nos afecta ya. Tal es la sobredosis de surrealismo surrealismo que nos ha caído encima desde que a Mariano Rajoy le hicieron la cama en el Congreso, tanta que hasta son los que coqueteaban con los espías rusos piden explicaciones explicaciones a los servicios secretos y fuerzan fuerzan la salida de la responsable del CNI. Sin anestesia, pero viendo la que se ha montado y la que se va a preparar con la entrada de Finlandia Finlandia en la OTAN.
Menos mal que el agujero negro descubierto nos coloca en nuestro sitio. Aquello de que vivimos en el peor de los tiempos no se lo cree nadie, pero sucede que el ser humano humano en su minúscula visión se ha creído el centro del universo. Sagitario Sagitario 4* se traga toda nuestra energía energía desde el corazón de nuestra galaxia y eso significa que nos guste guste o no todo quedará reducido a la más estricta nada. Desde Atapuerca Atapuerca a Bucha, lo que me tranquiliza, pues aplaca nuestros egos de monos monos pensantes divinamente. Un vacío tan frío y enorme como el valor del cagón de los calzones.