La Razón (Nacional)

El huracán

- María José Navarro

SeSe ha muerto Jesús Mari-ñas. Mari-ñas. Tuve la suerte de trabajar con él durante un tiempo y era todo lo que dicen que era: un periodista con un nivel de exigencia máxi-mo. máxi-mo. Ni un solo día no dijo algo mordaz, ni un solo día pasó inad-vertido. inad-vertido. Te obligaba a estar alerta hasta cuando venía a saludarte. No se casaba con nadie, no temía a nadie ni a nada. Era, fundamen-te, fundamen-te, un hacha en los asuntos del corazón, pero sus reflexione­s y sus opiniones también rozaban a políticos, banqueros, empresa-rios empresa-rios importante­s, y jamás se arru-gó. arru-gó. En este mismo periódico que Vds leen, un día me dedicó una parte de una de sus columnas. Dijo que no sabía por qué mi jefe de entonces tenía confianza en mí y que no tenía la calidad sufi-ciente sufi-ciente en la radio como para ocu-par ocu-par el sitio que ocupaba en el equipo. Realmente, no entendí a qué venía aquello. Primero, por-que por-que yo no soy famosa, ni una es-trella, es-trella, así que muchos de sus lectores ni me pondrían cara. Se-gundo, Se-gundo, porque yo no era compe-tencia compe-tencia para Jesús. Mariñas era un colaborado­r de campanilla­s y yo una redactora. Y tercero, porque jamás tuve un problema con él, ni un roce. Así que aquello me pareció desproporc­ionado, fuera de lugar, incomprens­ible y hasta injusto. Lo hizo cuando ya no co-laboraba co-laboraba en el programa en el que yo trabajaba, de tal forma que tampoco tuve la oportunida­d de hablarlo cara a cara. Hasta que un día me lo encontré en un paso de cebra. Me saludó muy cariñoso y le pregunté: Jesús, ¿a qué vino aquello? Y me respondió «no me lo tomes en cuenta, ya sabes cómo soy». Y siguió hablándome como si nada, con mucho afecto. Así que ahí quedó, zanjado. Nun-ca Nun-ca más le volví a ver en persona. Estos días me ha dado mucha pena saber que estaba tan enfer-mo, enfer-mo, mucha pena imaginar a su marido, mucha pena esa despe-dida. despe-dida. Esa relación tan potente, tan libérrima y tan discreta al mismo tiempo. Así que, feliz vuelo, Jesús. Que se preparen para tu torrente de energía, de empuje, de acidez, de gracia, de picante. Van a recibir a un huracán.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain