Órdago de Londres a Bruselas por el Protocolo de Irlanda
► Truss defiende que los cambios no violan el acuerdo del Brexit, sino
El Gobierno británico cumplió ayer finalmente sus amenazas con el anuncio de una nueva normativa con la que busca modificar modificar unilateralmente el llamado llamado Protocolo de Irlanda, pieza clave del acuerdo Brexit para gestionar a Irlanda del Norte en las nuevas relaciones comerciales comerciales entre Reino Unido y la UE.
La responsable de hacerlo fue la ministra de Exteriores, Liz Truss, dispuesta a cualquier maniobra maniobra para posicionar su liderazgo liderazgo en el ala dura del partido, en caso de que finalmente el « Party-gate» acabe sacando a Boris Boris Johnson del Número 10. « No pretendemos eliminar el protocolo. protocolo. Reforzaremos aquellas partes partes que funcionan y modificaremos modificaremos las que no. Seguimos abiertos a una situación negociada negociada [con la UE], pero la urgencia de la situación no permite perder más tiempo», recalcó durante su intervención en la Cámara de los Comunes, refiriéndose a la situación situación que se vive ahora en Belfast. Tras el triunfo histórico de los católicos del Sinn Féin, los protestantes protestantes del DUP se niegan ahora ahora a formar gobierno de coalición que ambas comunidades deben respetar por el acuerdo de paz de 1998. Por lo que Truss argumentó argumentó que, en caso de actuar de manera manera unilateral, no estarían incumpliendo incumpliendo la ley internacional del Brexit, sino protegiendo la paz en el Ulster.
De momento, el Gobierno no ha presentado formalmente ningún ningún proyecto de ley en la Cámara de los Comunes -donde tiene mayoríamayoría- para comenzar su tramitación. tramitación. La intervención de Truss en la Cámara Baja solo fue a modo de anuncio. De esta manera, evita que la UE inicie acciones legales, pero deja claro que va en serio con su órdago. Pero si finalmente no hay cambios en el Protocolo, la normativa comenzará a tramitarse tramitarse al inicio de verano, lo que podría desencadenar una guerra comercial comercial con el bloque. Las demandas que Londres plantea ahora a Bruselas Bruselas no son pocas. Por una parte, quiere dos tipos de corredores. Uno verde, exento de controles, para las mercancías procedentes de Gran Bretaña que permanezcan permanezcan en territorio norirlandés y no crucen a la República de Irlanda (territorio UE). Y uno rojo para el resto de envíos.
Asimismo, quiere que los estándares estándares de calidad impuestos en Irlanda del Norte sean los británicos, británicos, y no los de la UE. Y pretende más flexibilidad impositiva, de modo que cualquier modificación modificación del IVA que aplique en Gran Bretaña se aplique también a Irlanda Irlanda del Norte. Por último, reclama reclama que el Tribunal de Justicia de la UE no sea el organismo supervisor supervisor de las reglas del mercado comunitario en Irlanda del Norte, sino que se aplique un mecanismo mecanismo de arbitraje similar al que se estableció en el Tratado Comercial Comercial y de Cooperación que firmaron firmaron Londres y Bruselas para evitar un Brexit duro. Todo esto plantea una serie de inconvenientes. El primero es que los cambios implica implica rían que ambas partes actúan de buena fe, es decir, la UE se tendría que fiar de la palabra de Londres respecto a los productos que supuestamente supuestamente no van a entrar en la República de Irlanda, esto es, mercado mercado único. Y el currículum de Johnson Johnson no es precisamente tranquilizador. tranquilizador. Por otra parte, el negociador comunitario, Maros Sefcovic, advirtió advirtió que el anuncio del Gobierno británico supone una «seria preocupación», preocupación», y que modificar unilateralmente unilateralmente un acuerdo internacional internacional no es «aceptable».
Sefcovic advierte de que romper unilateralmente el pacto no resulta «aceptable» Reino Unido quiere dos corredores para las mercancías y desvincularse de la Justicia europea