«Wozzeck», una apuesta necesaria
«Wozzeck» es una obra capital en la historia de la ópera perono es un título frecuente en España. España. Se ha ofrecido en Madrid y Barcelona y ahora llega a esta última ciudad y Valencia. Se representó por última vez en 2006 con una coproducción entre las dos primeras ciudades firmada por Calixto Bieito, que no funcionó y cosechó sonoros abucheos. Antes, en 1987, se vio en el Teatro de la Zarzuela con dirección escénica de José Carlos Carlos Plaza. En el Liceo (del 22 de mayo al 4 de junio) se cuenta con una producción a cargo del director de escena William Kentridge, que se estrenó en el Festival de Salzburgo de 2017. En el reparto, Matthias Goerne, Annemarie Kremer, Torsten Kerl, Peter Rose y Mikeldi Atxalandabaso. Atxalandabaso.
En el Palau de les Arts se recurre recurre a una alabada producción producción de Andreas Kriegenburg de 2008, procedente de la Bayerische Bayerische Staatsoper de Múnich. Será dirigida por James Gaffigan Gaffigan y contará con Peter Mattei, Eva Maria Westbroek, Christopher Christopher Ventris, Franz Hawlata y Andreas Conrad. La escenografía escenografía tiene dos niveles. Por un lado, está un cubo cerrado, donde se desarrollan las escenas escenas más intimistas, sirviendo de casa de Wozzeck y para las escenas del soldado con el capitán capitán y el doctor. Debajo está el escenario propiamente dicho, donde tienen lugar las escenas de exteriores. Kriegenburg pone en escena numerosos figurantes, figurantes, que mueven la acción y representan un submundo de seres oprimidos. Fue la primera primera ópera que presencié fuera de España, en 1970 y en Munich, con la suerte de tener en el foso a Carlos Kleiber con escena de Günther Rennert. Fue una experiencia experiencia inolvidable. Años más tarde viví otra experiencia también inolvidable con la misma misma obra en Salzburgo, con Claudio Abbado. Ya no existen maestros como aquellos, pero los espectáculos próximos ofrecen mucho interés.