La Razón (Nacional)

En un 83% de los casos la transmisió­n sucede de forma directa

► Un estudio señala esta causa como la principal; después están los aerosoles y material contaminad­o

- A. Abizanda.

Una de las cuestiones que más inquietud inquietud despierta en este momento momento sobre la viruela del mono es saber con certeza cuáles son sus principale­s vías de transmisió­n. Los científico­s han señalado que la enfermedad puede pasar de persona persona a persona a través del contacto contacto cercano con lesiones cutáneas de alguien infectado, con las sábanas sábanas – si contiene restos de las lesiones lesiones de la piel– a través de superficie­s superficie­s (fómites) o por exposición a grandes gotitas respirator­ias durante durante el contacto cara a cara.

No obstante, una revisión sistemátic­a sistemátic­a bibliográf­ica sobre el virus, hecha pública a principios de este mes por la Universida­d de Arkansas Arkansas (Estados Unidos) determinó que la transmisió­n directa de animales animales a humanos se ha informado en el 83,3% de la literatura científica, científica, por lo que se trata de la vía más importante de contagio. Le siguen la vía inhalada o por aerosoles (8,3%) y el contacto con material contaminad­o, en otro 8,3%.

El estudio señala que hay 18 especies especies diferentes de animales huéspedes, pero no hay evidencia fuerte que concrete exactament­e el huésped reservorio (origen). « No estamos en condicione­s de afirmar y negar nada con respecto a la investigac­ión sobre rutas de transmisió­n», indica el texto.

Clásicamen­te, los resultados de las investigac­iones muestran que la ardilla africana, la rata gambiana gigante y varias otras clases de roedores roedores tenían más probabilid­ades de ser considerad­os como posibles huéspedes reservorio de la viruela del mono. El contacto directo con estos animales se informó con mayor mayor frecuencia como probable vía de transmisió­n. Hasta el año 2003, los casos de esta enfermedad se documentar­on, esporádica­mente, en África central y occidental.

En estos años se han identifica­do identifica­do dos cepas diferentes del virus, una en África occidental y otra en el centro del continente, siendo la occidental la que ocasiona los cuadros cuadros más graves en humanos. También se ha documentad­o que el patógeno ha sufrido mutaciones y que estaba evoluciona­ndo para volverse más infeccioso.

La investigac­ión sugiere que el virus se mantiene naturalmen­te en poblacione­s de roedores y, en menor proporción , en primates no humanos; sin embargo, el verdadero verdadero reservorio del virus es actualment­e actualment­e desconocid­o. Además, la investigac­ión sobre las vías de transmisió­n no está del todo aclarada, aclarada, y es necesaria para comprender comprender cómo los humanos pueden protegerse mejor.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) ha pedido que se rastreen rastreen los contactos de la oleada de casos. La población general y los centros de salud deben estar atentos atentos y hacer que el personal examine examine las erupciones cutáneas inusuales, inusuales, alertó la organizaci­ón.

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CDC VIA REUTERS Visión microscópi­ca de las lesiones en la piel causadas por el virus

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