La impotencia de Mirotic
► Pese a su gran partido, se queda otro año más sin la gran competición que le falta
Nico Mirotic deseaba la victoria victoria con todas sus fuerzas: la Euroliga es la competición que le falta por ganar y así va a seguir seguir al menos durante una temporada más. En la final del año pasado contra el Efes falló, pero estaba mentalizado para las semifinales de este curso, además contra el Real Madrid, su ex equipo, contra el que suele suele tener buenas actuaciones. Esta fue una más de esos grandes grandes partidos individuales, pero no sirvió para dar la victoria a su equipo, por lo que el consuelo consuelo para el español de origen montenegrino era nulo. Después Después del partido fue quien dio la cara para explicar lo que había había sucedido, pero en realidad no encontraba palabras. Cuando Cuando le preguntaron en los micrófonos micrófonos de DAZN, todavía sudando, justo después del encuentro, encuentro, se quedó durante unos segundos en silencio. Por fin acertó a articular algo. « Han jugado mejor que nosotros la segunda parte», admitió primero. primero. « Han tenido más acierto», acierto», dijo después. «Enhorabuena «Enhorabuena para ellos», completó. Y ahí se quedó su análisis. Después de la buena racha que tenía el Barcelona contra el Real Madrid Madrid parecía el momendo para dar la puntilla en la competición competición más importante, pero este Clásico cambió de dueño. Mirotic protestó la última última acción, pidió falta, pero era más de impotencia que otra cosa en su intento de lanzamiento lanzamiento desde el centro del campo que hubiera podido igualar la semifinal.
La derrota no fue porque Mirotic se escondiera. Anotó 26 puntos, logró doce rebotes, entre ellos uno que puso el partido en empate cuando apenas faltaba un minuto y medio, cinco asistencias... Todo insuficiente ante el trabajo trabajo colectivo del Real Madrid, Madrid, que llegó a remontar una desventaja de once puntos.
« Estoy destrozado», admitía admitía Caseur, que fue uno de los protagonistas, sobre todo en la parte final del encuentro. «Somos un equipo de campeones, campeones, lo hemos demostrado demostrado en un partido importante», añadía el francés. Cuando no apareció él lo hizo Llull, con los típicos balones calientes que nadie quiere y que él adora. adora. También Poirier, Yabusele... Yabusele... Fue un trabajo de todos. « Hemos intentado igualar su nivel físico y hemos tenido acierto», era la explicación de Tavares. Laso, por su parte, estaba pletórico y reconoció que su equipo había sabido cumplir el plan y eso les llevó al triunfo y a la final.