¿Podremos convivir con robots que no lloran ni aman?
► Jeanette Winterson reflexiona sobre cómo será el mundo de las emociones y la humanidad en un futuro quizá ya no muy lejano
Estamos ante doce magistrales ensayos basados en años de investigación investigación sobre inteligencia artificial que nos hacen preguntas preguntas desafiantes sobre la humanidad, humanidad, el arte, la religión y la forma en que vivimos y amamos. La autora autora arranca con « Frankenstein», de Mary Shelley (1818), donde un científico crea vida y se horroriza. Dos siglos después, hemos creado creado una sintética. Pero, como señala señala Winterson, no todo lo que se puede imaginar se puede realizar, aunque nada se puede realizar si antes no se ha imaginado.
Un solucionador multitarea
La IA (Inteligencia Artificial) es una herramienta en la que trabajamos trabajamos para abordar tareas específicas, específicas, pero no pocos han imaginado imaginado que podría ser algo diferente: un solucionador de problemas multitarea cuya capacidad para comprender y aprender es igual o superior a la del hombre. Los laboratorios laboratorios están trabajando en este concepto llamado Inteligencia Inteligencia Artificial General (IAG) que podría convertirse en una realidad. realidad. ¿Cómo cambiarán nuestras relaciones si compartimos el planeta planeta con una inteligencia que no llora, ni se emborracha o eyacula? ¿Cómo se relacionará ese ser no biológico con la naturaleza? ¿Deberíamos ¿Deberíamos temerlo, enamorarnos de él, rezarle? ¿ Lo haremos a nuestra imagen y semejanza o aprovecharemos la oportunidad para «re-crearnos»? Winterson está entusiasmada con el transhumanismo transhumanismo y la idea de traspasar los límites biológicos y fusionarnos con la IA. Lo defiende, aunque le preocupa que arrastremos nuestro nuestro viejo equipaje tóxico y demos a la tecnología usos incorrectos. De ahí su intento en que examinemos examinemos de dónde venimos y a dónde dónde vamos tomando como punto de partida la Primera Revolución Industrial. Tan pronto como un ser humano tenga una relación con una forma de vida inteligente y no biológica, las ideas sobre género género y sexualidad explotarán. Winterson podría acertar cuando sugiere que en un futuro definido por la conectividad y la hibridez el amor será más significativo que la inteligencia. ¿Podría el amor ser inteligencia en un mundo incorpóreo? incorpóreo? ¿Qué es el amor? La respuesta respuesta nos envía a un viaje imaginativo, imaginativo, porque al conjeturar, lo hacemos posible.