Otro enfoque, pero inteligente
Convendrán conmigo que hay una sobreabundancia de películas películas sobre la II Guerra Mundial, Mundial, hechas por los americanos, americanos, en los que salen estupendamente frente a los muy perversos enemigos, pero rodadas con suficiente presupuesto presupuesto y buenos actores la mayoría mayoría de ellas, e «hipermegasuper» «hipermegasuper» abundancia de películas sobre la Guerra Civil española. Hasta que murió Franco, hechas hechas por el bando vencedor, y, de un tiempo (ya largo) hasta esta parte, rodadas por el bando bando que la perdió. Las primeras, con buenos actores y poco presupuesto. presupuesto. Las segundas con malos actores y pobre presupuesto. presupuesto. En ambos casos, manipuladas, manipuladas, manipulables y, en muchos, estomagantes.
De libros, ni hablamos. Los hay hasta el punto de que se cumple ese dicho popular anónimo anónimo que reza que « el que no vale para otra cosa escribe un libro» , de la guerra española, por de contado. Pues entre esa maraña de libros que te vuelven loco (como a don Quijote, cuya locura vino por el exceso de lecturas, lecturas, pero, sobre todo, por lo mal escritos que estaban los libros libros de caballería), me he encontrado encontrado con «Tierra de nadie. Otra manera de contar la guerra civil» y que, efectivamente, es otra manera de contárnosla. Editada primorosamente (como todo lo que hace Ricardo Artola) por Arzalia, van ustedes a presenciar una intrahistoria de nuestra peor pesadilla hasta la fecha, la contienda fratricida, pero narrada por muchos de sus protagonistas, dado el excelente excelente trabajo de investigación y recopilación que ha hecho el autor, Fernando Ballano, a quien hay que agradecerle que exponga los hechos con objetividad, objetividad, con un excelente equilibrio equilibrio entre ambos bandos, y con las justas opiniones certeras, aunque puedan no gustar a unos o a otros. Si, además, el « Prólogo» es de Juan Eslava Galán, Galán, la calidad del libro está garantizada. garantizada. ¿Recuerdan la legendaria legendaria – y falsa– foto de Robert Capa? Pue eso.