Los Beatles en Cadaqués
Una paella de amigos en casa de Pilar Rahola acaba con el president Puigdemont a la guitarra
Cuando Carles Puigdemont era una criatura, su abuela le reprendía al grito de “pareces un Beatle” si se negaba a cortarse el pelo. Era el mejor reproche para un niño que eligió A hard day’s night como su primer disco. El beatle del Palau de la Generalitat está de vacaciones –esporádicas–, pero no su devoción por el cuarteto de Liverpool. Guitarra en mano, Puigdemont se convirtió en protagonista involuntario de un almuerzo de amigos organizado el martes en la casa que Pilar Rahola tiene en Cadaqués.
Lo que la periodista consideró una “bonita y simpática postal de verano”, tal y como explicó ante los micrófonos de RAC1, se convirtió en culebrón en las redes sociales y también en las tertulias de los medios de comunicación con sequía de temas más allá del otro culebrón político. El de la investidura del presidente del Gobierno central.
Puigdemont no se inmutó ayer por la repercusión de los dos vídeos y las dos fotos hechas públicas por Rahola con su permiso –una de ellas con el president aguantando una estelada se publicó ayer en La Vanguardia– y restó importancia al alboroto mediático. Lo que no pudo evitar fue cierta estupefacción entre algunos dirigentes políticos expresada sólo en privado. Tampoco elucubraciones sobre la aparente ausencia de Artur Mas, que mientras se cocía la paella de Cadaqués se encontraba en Barcelona.
La “colla de Cadaqués” se reúne en casa de Rahola desde hace años. Se trata de “una pequeña tradición” en la que cada uno lleva algo para comer y el comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, amigo desde hace años de Rahola, se encarga de la paella. Al grupo habitual se sumaron el president Puigdemont y su esposa, Marcela Topor, Joan Laporta, y algunos familiares. Aunque tampoco eran extraños. No es la primera vez que se reunían en Cadaqués.
La cita no tenía nada de política y lo demostraba el atuendo de los asistentes. El president Puigdemont en bermudas y abarcas y el comisario Trapero, el médico Buenaventura Clotet y el periodista Joan Vehils luciendo la misma camisa hawaiana de palmeras y sombrero de paja. El grupo se completaba con el exvicepresidente del FC Barcelona, Rafael Yuste; Marc Clotet y su novia, la también actriz Natalia Sánchez, que no se dejan ver mucho juntos en público; la periodista helena García Melero; la presidenta de Tous, Alba Tous, y la empresaria musical Gemma Recoder, la abogada Montserrat Piñol, los restauradores de Cadaqués Pere Vehí y Rafa Martín...
No es una sorpresa ver a Puigdemont tocando la guitarra y cantando. Lo hizo junto a Sopa de Cabra –incluso ensayó en unos estudios de Avinyonet de Puigventós– para celebrar el programa 4.000 del Versió a Rac 1 de Toni Clapés con la canción Camins, y punteó una guitarra desafinada para La Vanguardia semanas después durante una sesión fotográfica. El martes se atrevió con Let it be de los Beatles mientras Marc Clotet y Natalia Sánchez cantaban con los coros de Laporta.
El otro vídeo corresponde al comisario Trapero, con sombrero de paja, al frente de la interpretación coral de Paraules d’amor de Joan Manuel Serrat. Tampoco el jefe de los Mossos es un novato. Los amigos de Trapero conocen perfectamente su afición musical y muchos todavía recuerdan su actuación estelar en una cena de gala de las Esquadres.
Hubo más música, pero no más vídeos publicados. Los guardan a buen recaudo sus protagonistas...
No es una novedad que Puigdemont coja la guitarra, pero la informalidad de la cita sorprendió a muchos El comisario jefe de los Mossos se encargó de la paella y de comandar el ‘Paraules d’amor’ de Serrat