La reconversión de la Yakuza
Parte del hampa nipona se quiere reconvertir en empresa militar privada y dar seguridad en el Sudeste Asiático
Los tiempos cambian, incluso para las organizaciones criminales. La Yakuza, la poderosa mafia japonesa, acaba de sufrir su segunda escisión en un año y medio. La división no ha sido en esta ocasión por un asunto de reparto de territorios o de negocios, sino más bien de estrategia de futuro. Los cabecillas de la nueva organización, que responde al nombre de Ninkyo Dantai Yamaguchi-gumi, que significa “organización caballerosa”, quieren transformar su sindicato del crimen en una empresa militar privada legal que dé seguridad a los hombres de negocios japoneses.
Detrás de este proyecto se halla Yoshinori Kin, conocido en los bajos fondos nipones como Yoshinori Oda. Su plan de proporcionar guardaespaldas y personal de seguridad a los empresarios japoneses cuando viajen por el Sudeste Asiático le llevó en abril a romper con la banda de Kobe, la Kobe Yamaguchi–gumi, una de las más poderosas del hampa japonesa, con más de 5.500 miembros. Una iniciativa que arrastró a una treintena de clanes locales.
Oda, de 50 años, ha explicado sus planes a la revista japonesa Flash y lo justificó como un “desarrollo lógico” para las bandas de la Yakuza, que pretenden ganarse la vida de forma legítima. “Fuera de Japón son legales. Ya existen en EE.UU. y en Europa”, explico este cabecilla mafioso, según la publicación digital Tokyo Reporter.
Su idea es ofrecer estos servicios en la región del Sudeste Asiático. “Como no podemos entrar en EE.UU., vamos a crear una sucursal en el sudeste de Asia y firmaremos contratos de cooperación con esta oficina, y cuando recibamos una solicitud de un servicio de seguridad para ciudadanos japoneses les remitiremos la petición”, señala Oda.
Sobre el papel, la idea es buena, pero habrá que ver si las compañías niponas están dispuestas a contratar un servicio de seguridad salido de los bajos fondos del país y a arriesgarse a poner en juego su reputación.
En contrapartida, el proyecto contaría con la seriedad del personal contratado. Los miembros de la Yakuza tienen fama de ser muy profesionales. “Son gente dispuesta a dar su vida por el jefe. Son obedientes y están acostumbrados a la violencia”, ha escrito Jake Adelstein, un periodista estadounidenses especializado en la mafia japonesa.
Y a todo ello se suma que Oda ha examinado a fondo las posibilidades de éxito de su proyecto. “El año pasado nos reunimos con políticos de la derecha, exoficiales de las Fuerzas de Autodefensa (nombre oficial del ejército japonés) y exsoldados franceses”, explicó el jefe de la Ninkyo Dantai, quien añadió que “casi todos los participantes dieron la bienvenida a la idea de la creación de una empresa militar privada”.
Y en febrero, se trasladó a Sudán del Sur para conocer de primera mano con qué se enfrentarían sus hombres y si tenía posibilidades de éxito. “Quería ver con mis propios ojos qué tipo de seguridad se podía dar”, dijo a Flash. Un viaje que precedió a la retirada de las tropas niponas que formaban parte de un contingente de la ONU, encargado de apoyar la construcción de infraestructuras en aquel convulso país. Un repliegue provocado por la espiral de violencia y de asesinatos que hubo en la región. “Los familiares de los soldados deben de haber pasado muchos días ansiosos”, fue su conclusión.
A su favor juega también la creciente inestabilidad en muchos países, lo que inquieta cada vez más a las empresas y organizaciones japonesas. Un desasosiego que aumentó de forma exponencial cuando siete miembros de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón murieron en un restaurante de Bangladesh en julio del 2016 como consecuencia de un ataque yihadista.
Los estudiosos de la Yakuza, como Adelstein, consideran sin embargo que el proyecto de Oda no es tanto una reconversión profesional del hampa japonesa como “la búsqueda de un nuevo tipo de negocio que ninguno de los otros grupos mafiosos está haciendo”. Un enigma que sólo el tiempo y la policía japonesa desvelarán.
Oda viajó a Sudán del Sur para saber a qué tipo de violencia se enfrentarían sus hombres