La Vanguardia (1ª edición)

Antoni Llorens

DIRECTOR GENERAL DE SERUNION

- BLANCA GISPERT Barcelona

Antoni Llorens lleva 25 años al frente del grupo de restauraci­ón Serunion, filial de la francesa Elior. Dedicada a comedores de escuelas, hospitales, empresas y residencia­s, emplea a 20.000 personas en España, más de 3.700 en Catalunya.

Antoni Llorens (Barcelona, 1960) no tiene ni idea de cocinar pero conoce con los ojos cerrados el funcionami­ento de una cocina. Hace 25 años que está al frente de Serunion, una compañía especializ­ada en restauraci­ón para comedores escolares, hospitales, residencia­s y empresas. Es filial del grupo francés Elior y líder en España, con una cuota del 23%, asegura.

Llorens la conoce casi desde sus inicios, cuando el negocio no era más que un conglomera­do de pequeñas empresas de Zaragoza, Valencia y Madrid dedicadas a la restauraci­ón escolar.

Él aterrizó en la empresa el año 1992, después de dirigir una compañía metalúrgic­a, la Farga Casanova, y reestructu­rar una pequeña firma industrial del Vallès. Había estudiado ingeniería industrial en la UPC pero tenía claro que el suyo era el mundo de los negocios. Al acabar los estudios cursó un MBA en el Iese entre Barcelona y Chicago.

Cuando aterrizó en Serunion, el negocio facturaba en torno a los 25 millones de euros. Ahora, supera los 445 y prevé que la cifra crezca entre el 2 y el 6%, como ha hecho casi cada año a través de nuevos clientes y de adquisicio­nes de pequeñas empresas. Con sede en Barcelona, Serunion emplea a unas 20.000 personas, la mitad de forma temporal, de las cuales 3.750 están en Catalunya.

Si Serunion ha llegado hasta aquí es gracias al sólido equipo directivo y al apoyo de Elior, que compró el 40% del negocio en el 2001 y el resto, años después. El grupo, controlado por su fundador Robert Zolade (25%) y la catalana

Serunion gestiona más de 2.900 cocinas de escuelas, hospitales, residencia­s y empresas

Emesa (8%), cotiza en Francia y factura 5.896 millones de euros. “Las dimensione­s de Elior han dado solidez y ambición a Serunion: siempre hemos podido pensar en grande”. Así, el negocio, que nació de la restauraci­ón escolar –que todavía hoy le aporta el grueso del negocio (41%)– se ha expandido a hospitales (19%), empresas (16%), residencia­s para personas mayores (15%), y restauraci­ón de categoría superior, con la gestión de las cocinas del Barça, el TNC o el Palau de la Música. De sus 2.900 clientes, la mitad provienen de la Administra­ción y la otra del sector privado. Serunion les sirve a través de 14 centrales. Dos están en Catalunya (en Sant Feliu de Llobregat y en Torrefarre­ra) y el resto, en las principale­s ciudades españolas a través de las cuales también opera de forma simbólica (2,5%) en Portugal.

Aun así, Llorens explica que el grueso de la actividad se encuentra a las cocinas de sus clientes, de manera que sólo el 15% de las comidas se producen en fábrica y se transporta­n a los comedores. Sólo así, dice, se logra calidad con un precio ajustado. “En este sector los márgenes son estrechísi­mos, van céntimos de euro en cada plato”. En este sentido y como presidente de la Federación Española de Asociacion­es Dedicadas a la Restauraci­ón Social (FEADRS), Llorens lamenta que debido a la crisis, tanto la Administra­ción como el sector privado miren de ajustar los precios de los menús en detrimento de la calidad de las comidas. “Es una práctica instaurada desde hace años y que todos podemos mejorar. Hay que tomar conciencia de la importanci­a del sector porque está en juego la alimentaci­ón de todos los sectores de la población”. A pesar de lamentar la guerra de precios que vive el sector, Llorens aprecia el mercado donde opera, que dice ser estable y agradecido: el índice de fidelidad de los clientes es del 95%.

El directivo piensa que el futuro del sector pasa por implicar más al consumidor final a través de aplicacion­es móviles que controlen y gestionen las comidas. Llorens encara este futuro con el mismo entusiasmo que vive su tiempo libre, que dedica a sus tres hijos, al deporte, la música y a los amigos. Con 25 años en Serunion, no se arrepiente de haber abandonado la dirección de la Farga Casanova. Era joven, tenía 27 años y 800 personas a su cargo. Estaba en la cima. Pero estar cerca de la familia y el reto de agrandar Serunion cree que fue el mejor acierto. Las cocinas necesitaba­n orden e ingenio para crecer. No le faltaba razón. SERUNION (FILIAL DEL GRUPO FRANCÉS ELIOR) FACTURACIÓ­N 2016: 445 MILLONES TRABAJADOR­ES: 20.000 CLIENTES: 3.800 CENTROS DE PRODUCCIÓN EN ESPAÑA: 14

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XAVIER CERVERA Llorens en el restaurant­e del World Trade Center gestionado por Serunion

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