La movilidad se sube al tren de las ciudades inteligentes
El salón Smart City Expo rompe reticencias entre los diferentes medios de transporte que conviven en las grandes metrópolis
La bicicleta se está convirtiendo en una de las protagonistas indiscutibles de la ciudad. La apuesta del gobierno de Ada Colau de construir kilómetros y más kilómetros de carril bici no es una gota en medio del mar. El océano de ciudades presentes en el salón Smart City Expo World Congress demuestra que es una tendencia generalizada, las principales capitales europeas tienen políticas similares y dan espacio a las dos ruedas frente al coche.
La fiebre ciclista está comportando la aparición de una gran cantidad de empresas que presentan servicios de bici compartida como oBike, un Bicing sin estaciones, que se puede coger y aparcar en cualquier lugar de la ciudad. Se lanzó en Singapur, de momento ya están en Madrid, Granada y una decena de ciudades europeas. El plan es entrar en Barcelona, a 50 céntimos el viaje, aunque para eso será necesario contar con el visto bueno del Ayuntamiento, con el que aún están en negociaciones. Otras empresas chinas están desembarcando en las principales ciudades americanas.
La presencia de bicis por todos los rincones del recinto Gran Via de Fira de Barcelona demuestra que ya es un factor más que tener en cuenta en las políticas de movilidad junto a los coches, autobuses, trenes, tranvías... “Hace unos años, cuando hablábamos de transporte, cada uno se preocupaba de lo suyo, ahora se habla de movilidad; una estación de tren tiene que pensar en las facilidades de conectar con el autobús y el parking de bicis”, resume Ramón Busquet, coordinador de las jornadas ferroviarias del salón. Javier Hinojo, del fabricante canadiense Bombardier, resume la planificación como “una espina dorsal a partir de la cual van creciendo ramifi- caciones de los diferentes modos de transporte, el mejor en cada caso”. Es la movilidad, en el sentido más amplio de la palabra, una piedra angular de la ciudad del futuro.
Las pequeñas empresas de reciente creación con ideas tan simples como innovadoras comparten espacio junto a otras como Railtech, con 75 años de historia, que se han subido al tren de las ciudades inteligentes, en las cuales un valor fundamental es la calidad de vida. Por eso, ahora uno de los objetivos fundamentales de esta compañía ubicada en l’Hospitalet es “la capacidad antivibratoria de los materiales para hacer más confortable el viaje en metro”, según explica Xavier López, que apunta a las traviesas de plástico reciclado como potenciales sustitutas de las tradicionales de madera en las vías de ferrocarril.
Una de las obsesiones del sector es la seguridad. En Barcelona se está realizando una prueba piloto con
Barcelona inicia una prueba piloto en los autobuses para reducir el riesgo de atropello de peatones y ciclistas
dos autobuses de TMB en los que se han instalado una serie de sensores y cámaras de visión artificial que emiten señales lumínicas y sonoras al conductor ante posibles impactos. “El sistema se centra en los ángulos muertos por los que se pueden colar fácilmente peatones, ciclistas y motos con un desenlace fatal”, explica Elías Izquierdo, de Mobileye. La tecnología también se está probando en vehículos de la flota municipal, en el servicio de limpieza y en la Guardia Urbana. A lo largo del año que viene se incorporará en 23 autobuses más y el plan pasa por “definir un protocolo que incluya la colocación de elementos de seguridad preventivos en toda la flota de vehículos municipales”, según el gerente de Movilidad e Infraestructuras, Manuel Valdés.
El vehículo privado también evoluciona. Seat presenta en el salón a Cristóbal, una evolución del León en el que han instalado todas las funciones de seguridad para evitar distracciones durante la conducción. También permite a los padres establecer límites al dejar el coche a sus hijos. Puede obligar a realizar una prueba de alcoholemia antes de arrancar, marca unos límites de velocidad e incluso establece un límite geográfico en el que moverse. La rebeldía juvenil en la ciudad inteligente parece algo más difícil.