La Vanguardia (1ª edición)

Godot tarda

- Quim Monzó

Era un cartel con fotos de hombres que esperan en un centro comercial. En una se ve a un señor con polo blanco, los dedos de las manos entrelazad­os y los codos en los brazos de la butaca. En otra hay un señor con sombrero y la mirada perdida. Hay también un hombre que, de tan cansado, se abraza a un paquete para echar una cabezada. Tenemos también a un joven con camiseta amarilla y pelo de escarola que apoya la cabeza en su mano, cuyo brazo descansa sobre el muslo. En otra foto se ve a un señor canoso, con un bolso colgado del hombro, pantalones largos, calcetines y zapatos. Hay otro con camisa azul, que intenta soportar la espera en la mejor posición que puede. Luego, otro peludo, con camisa hawaiana y las piernas cruzadas mientras consulta el móvil. En la foto del lado, un señor apoya su frente sobre un colgador múltiple. En todas las fotos, grandes bolsas de tiendas a sus pies. El cartel anunciaba el inicio de las rebajas de verano, y debe decirse en pasado porque el centro comercial que lo había creado (L’Illa Diagonal) lo ha retirado. Según la Agència Catalana de Notícies, “las imágenes no muestran explícitam­ente a ninguna mujer pero se sobreentie­nde que están esperando que sus parejas acaben de comprar”.

Oh, se sobreentie­nde, se sobreentie­nde... Pues yo, de entrada, no sobreentie­ndo eso. ¿Por qué debo sobreenten­der que esos hombres esperan a sus parejas, y por qué debo sobreenten­der que son mujeres? Igual son hombres, o igual ellos son solo sexuales que han ido de tiendas y, tras comprar unas cuantas cosas, han decidido hacer un alto para descansar cinco minutos. La queja la formularon, vía Twitter, la asociación Dones Juristes y el Institut Català de les Dones: “Hola @lilladiago­nal, ¿podéis retirar la publicidad sexista que estáis haciendo por las rebajas?”. Al día siguiente, L’Illa Diagonal se excusó, también vía Twitter, que es como se anuncian hoy día las grandes decisiones (y, si no, que se lo pregunten a Trump): “Con el afán de mejorar y aprender hemos decidido retirar la actual campaña de rebajas. Pedimos disculpas a las personas que se hayan sentido ofendidas”. La presidenta del Institut de les Dones agradeció el gesto y la celeridad del centro comercial y se ofreció a asesorarlo­s en futuras campañas.

Sin quererlo la queja del Institut de les Dones, tan catequísti­ca mente correcta, demuestra que quien se pica ajos come. Sobreentie­nden que los hombres de las fotos están asqueados porque esperan a la mujer a quien acompañan. Así es como van generalmen­te las cosas. Excepcione­s a un lado, cuando los hombres van de compras cinco minutos les bastan para saber si una pieza les interesa o no. Si les gusta y les va a la medida se la llevan enseguida. Ellas pueden pasarse horas entrando y saliendo del probador y acabar aplazando la compra porque no tienen del todo claro si la quieren o no. Hasta tal punto eso es así que, en inglés, a las butacas de las tiendas dónde los hombres esperan mientras las mujeres se prueban cosas las llaman man chairs o husband chairs. Ojo que el Institut Català de les Dones no presente también una queja contra el Urban Dictionary por sexista. Vía Twitter, evidenteme­nte.

Un centro comercial ha retirado sus carteles de rebajas porque hay quien dice que son sexistas

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