El cónclave ya tiene fecha
EL próximo martes, día 12, un mes y un día después de que Benedicto XVI anunciara por sorpresa su renuncia a regir los destinos de la Iglesia católica, se iniciará el cónclave que debe elegir a su sucesor, según el acuerdo adoptado ayer por los 115 cardenales con derecho a voto reunidos ya en el Vaticano. La primera de las incógnitas está ya despejada, como también se ha hecho evidente estos últimos días la importancia de la fase previa a la elección del nuevo papa, un tiempo que los cardenales han aprovechado para exponer sus reflexiones sobre el devenir de la Iglesia católica en alguna de las ocho congregaciones generales que se han celebrado desde que oficialmente se declaró sede vacante. Es muy probable que todos los cardenales con opciones de ser escogidos papa no hayan dejado pasar la oportunidad de reflejar sus puntos de vista en cuestiones clave del momento que vive la Iglesia antes de encerrarse en la Capilla Sixtina el próximo martes. En Roma todo está a punto, y a diferencia del cónclave que eligió en abril del 2005 a Benedicto XVI como sucesor de Pedro, ahora con el paso de los días no emerge un candidato claro. Tan sólo, y con las lógicas dudas, algunas pinceladas: parece apuntarse en medios vaticanos que el nuevo papa puede no sólo no ser italiano, sino incluso no ser europeo. A favor de esta tesis estaría una impresión bastante generalizada en Italia: que los aspirantes italianos, que aparecían muy bien posicionados en los últimos tiempos, pueden haber quedado engullidos por el ruido siempre negativo de las discusiones en el Vaticano. Pero eso en un cónclave es siempre relativo y no hay que perder de vista que en esta ocasión, además, hay un papa emérito obviamente pendiente de lo que sucede.